[Mientras se van los últimos días de 2009 algunos amigos y familiares (¡oh, mamma!) me han insistido en que está todo bien con eso de la ballena, pero, vamos, Jonás, escríbete algo de vez en cuando... Así que para los queridos insistentes van por lo menos en estos días un par de textos que me anoté en la libreta de los sueños. Uno de ellos, el que sigue, relacionado con una noticia deportiva de por estas jornadas. Abrazos.]
Soñé antes de Navidad que la selección de Portugal llegaba a Uruguay para una serie de cinco partidos ante nuestra selección al mejor estilo play-offs. Antes del primero de los encuentros hubo algunos comentarios cruzados entre los técnicos de ambas selecciones y se supo también que Cristiano Ronaldo no iba a estar por lo menos para el primero de los partidos, pero sí Figo, Simao y Deco. Entre esos cruces de noticias pequeñitas que los diarios iban recogiendo para matar el tiempo hubo una declaración del técnico de Portugal, que manifestaba que el hecho de jugar contra Uruguay tenía un componente tan especial como el de enfrentarse a un combinado de aliens. Al parecer las palabras fueron tomadas como irónicas por la afición uruguaya.
En fin, el asunto es que el primer partido iba 0 a 0 hasta pasada la mitad del segundo tiempo. En ese momento Luis Suárez abandona el campo de juego y se acerca a Tabárez pidiéndole algo. El técnico uruguayo revuelve el interior de un bolso y le alcanza de inmediato algo al jugador. Cuando Suárez retorna corriendo al área de Portugal se ve claramente que se coloca una máscara de alienígena. Es en el preciso instante en el que hay un corner para Uruguay. Forlán lo patea pasado sobre el segundo palo y entonces Suárez cabecea por encima de varios, entrando desde atrás, y pone el 1 a 0. Los jugadores uruguayos salen corriendo detrás del goleador en el festejo. Pero Suárez se adelanta bastante y llega hasta el sector en que las cámaras fotográficas pueden tomarlo de cerca. Se señala con ambas manos la cabeza cubierta con la máscara y grita:
-¡Marciano! ¡Marciano!...
(El siguiente partido se iba a jugar en Canelones).
Soñé antes de Navidad que la selección de Portugal llegaba a Uruguay para una serie de cinco partidos ante nuestra selección al mejor estilo play-offs. Antes del primero de los encuentros hubo algunos comentarios cruzados entre los técnicos de ambas selecciones y se supo también que Cristiano Ronaldo no iba a estar por lo menos para el primero de los partidos, pero sí Figo, Simao y Deco. Entre esos cruces de noticias pequeñitas que los diarios iban recogiendo para matar el tiempo hubo una declaración del técnico de Portugal, que manifestaba que el hecho de jugar contra Uruguay tenía un componente tan especial como el de enfrentarse a un combinado de aliens. Al parecer las palabras fueron tomadas como irónicas por la afición uruguaya.
En fin, el asunto es que el primer partido iba 0 a 0 hasta pasada la mitad del segundo tiempo. En ese momento Luis Suárez abandona el campo de juego y se acerca a Tabárez pidiéndole algo. El técnico uruguayo revuelve el interior de un bolso y le alcanza de inmediato algo al jugador. Cuando Suárez retorna corriendo al área de Portugal se ve claramente que se coloca una máscara de alienígena. Es en el preciso instante en el que hay un corner para Uruguay. Forlán lo patea pasado sobre el segundo palo y entonces Suárez cabecea por encima de varios, entrando desde atrás, y pone el 1 a 0. Los jugadores uruguayos salen corriendo detrás del goleador en el festejo. Pero Suárez se adelanta bastante y llega hasta el sector en que las cámaras fotográficas pueden tomarlo de cerca. Se señala con ambas manos la cabeza cubierta con la máscara y grita:
-¡Marciano! ¡Marciano!...
(El siguiente partido se iba a jugar en Canelones).