lunes, 30 de agosto de 2010

Segundo partido entre escritores (resumen)

[Maldonado festeja uno de sus goles. González Bertolino alumbró los goles de su equipo luego de que Trujillo los preparara.]


Fecha:
Sábado 28 de agosto de 2010, hora 11:00

Cancha: Calle Treinta y Tres entre Lois y Centenario, Minas, Lavalleja.
Condiciones climáticas: Cielo cubierto. Tormentoso. Temperatura media: 22º. Humedad 94%
Árbitro: (sin árbitro)

Maldonado 12: Damián González Bertolino (5); Ignacio di Tullio (3); Ignacio Fernández de Palleja (1); Valentín Trujillo (1); Leonardo Cabrera (en contra) y Horacio Cavallo (en contra)
San José 6: Pedro Peña (4); Leonardo de León (1) y Leonardo Cabrera (1)

Tarjetas amarillas: Ignacio Fernández de Palleja (M); Ignacio di Tullio (M); Rodolfo Santullo (SJ).

Tarjetas rojas: No hubo.

PRIMER TIEMPO (Maldonado 3 - San José 1)

'1 GOL: González Bertolino, definiendo de primera tras pase al segundo palo (1 - 0)
'2 Intento de Cavallo
'3 Intento de Trujillo
'4 Intento de González Bertolino. Contragolpe: intento de Peña
'5 GOL: de León, con disparo cruzado y bajo (1 - 1)
'9 Tiro al arco de González Bertolino. Atajada de Santullo
'11 Tiro al arco de Trujillo, sale desviado. Tiro al arco de Cabrera, da en el palo. Remate de Trujillo desde la mitad de la cancha: ataja Santullo
'12 San José presiona buscando el segundo gol
'12 Remate de González Bertolino. Santullo rechaza al corner.
'13 Tiro de González Bertolino: ataja Santullo
'14 Intento desde media cancha de di Tullio: tiro de esquina
'14 Intento de Cavallo
'15 Dos llegadas de San José
'16 Tiro al arco González Bertolino
'17 Tiro al arco de di Tullio
'18 Tiro al arco de Peña: pega en el palo
'20 Llegada de Maldonado. Intento de González Bertolino
'21 Llegada peligrosa de Maldonado: tiro de González Bertolino: ataja Santullo
'22 Se salva Maldonado de nuevo: Remate desde lejos de Leonardo Cabrera: pega en el poste derecho del arco de Muniz.
'23 Dos llegadas consecutivas de San José, con remates de Cabrera y Cavallo, son atajadas por Muniz
'24 Llegada de Maldonado: sin peligro.
'25 Dos tiros de esquina seguidos para Maldonado: finalmente contiene Santullo.
'27 Tiro al arco de di Tullio, desviado.
'27 GOL: González Bertolino roba una pelota y define cayéndose y de puntín por entre las piernas de Santullo (2 - 1).
'28 Una llegada para cada lado. Los remates de González Bertolino y de Cavallo sin éxito.
'29 Tiro desde media distancia de Cabrera
'29 GOL: jugada conlectiva entre González Bertolino, Trujillo y di Tullio. Pase de di Tullio desde la izquierda al medio, González Bertolino remata de derecha y de primera con cara interna, la pelota da en el ángulo. González Bertolino captura el rebote y fusila a Santullo (3 - 1)
'30 Tiro peligroso de de León.
'31 Llegada de San José sin peligro.
'32 Llegada de Maldonado: tiro de Trujillo.
'32 Tiro de Cabrera y fin del primer tiempo

ENTRETIEMPO: Fernández de Palleja con serios problemas de descompostura.

SEGUNDO TIEMPO: (Maldonado 9 - San José 5)

'1 Tiro de Peña. Ataja Muniz.
'2 GOL: Peña recupera una pelota y encara a la defensa. Elude a un par y la pone contra un palo ante la salida de Muniz. (3 - 2)
'2 GOL: Nueva corrida y enganche de Peña para batir a Muniz. (3 - 3)
'3 Llegada de Maldonado: intento de cabeza de González Bertolino. Se va por encima del travesaño.
'4 GOL: Peña recibe la pelota, la frena, la pisa, mira el arco y patea alto y contra el travesaño fusilando a Muniz. Peña redondea en dos minutos una gran actuación personal, haciendo tres goles consecutivos y adelantando a su equipo. (3 - 4)
'4 GOL: di Tullio define suave y bajo ante la salida de Santullo. (4 - 4)
'5 Llegada de González Bertolino, remate desviado.
'6 Tiro de di Tullio
'6 GOL: Gol en contra de Leonardo Cabrera, no puede retener el balón y descoloca a Santullo. (5 - 4)
'8 GOL: Fernández de Palleja trepa por el lateral izquierdo y define bajo contra el pie de apoyo de Santullo. (6 - 4)
'9 Tiro al arco de di Tullio
'10 Intento de de León.
'11 GOL: di Tullio (7 - 4)
'11 GOL: Vistoso gol. González Bertolino recibe la pelota y la jopea sobre un costado de Leonardo Cabrera cuando este sale a marcarlo. González Bertolino la va a buscar por el otro lado y ajusta el remate hacia abajo ante la salida de Santullo. Estalla el equipo de Maldonado. (8 - 4) González Bertolino se lo dedica a su señora mamá en claro gesto. [Se siente el impacto del gol]
'13 Jugada personal de Trujillo: atajada de Santullo
'14 Tiro de di Tullio
'15 Jugada personal de González Bertolino. Elude dos jugadores y luego a Santullo. Define luego de zurda. La pelota da en el travesaño, baja, pica sobre la línea y sale.
'18 GOL: Gran jugada de Trujillo llevando la pelota desde su área casi hasta la rival, sacándose un par de hombres de encima. Pase al vacío para González Bertolino, que define picando la pelota para darse un autopase y eludir a Santullo, definiendo fuerte con el arco vacío. Quinto gol de González Bertolino, con el que se transforma en el goleador del partido. (9 - 4)
'19 Leonardo de León se retira extenuado del campo de juego. Sustituído por Agustín García (amigo, jugador invitado).
'21 GOL: Foul sobre Pedro Peña. Mientras algunos jugadores rivales se preocupan por la salud del jugador de San José, García saca rápidamente hacia atrás el tiro libre. Cabrera llega a la carrera y remata desde casi la mitad de la cancha. Es un golazo. El remate es violento y se cuela contra el palo ante la mirada atónita de los jugadores de Maldonado. (9 - 5)
'22 GOL: San José reacciona. Gran gol de Pedro Peña, dribbleando y definiendo ante salida de Muniz. (9 - 6)
'24 GOL: Cavallo en contra. (10 - 6)
'26 Sale lesionado Cabrera tras golpe de di Tullio (que recibe tarjeta amarilla). Entra de León de nuevo a la cancha.
'27 GOL: di Tullio (11 - 6)
'29 GOL: Trujillo (12 - 6)
'30: Fin del partido.

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Entrega de premios:

Mejor jugador del partido: Pedro Peña
Goleador: Damián González Bertolino (5)
Mejor arquero: Fabián Muniz



(*) Agradezco profundamente a Agustín García, quien tomó la gran base de estas notas mientras el partido se jugaba y me las cedió con total generosidad.

viernes, 27 de agosto de 2010

Apuntes de fútbol (II)


Al final Peñarol perdió 2 a 0 su partido amistoso ante Real Madrid en el Santiago Bernabeu. Fue una derrota decorosa, entendible y hasta gratificante para los hinchas de Peñarol y los simpatizantes del fútbol uruguayo en general. Y fue además el encuentro de dos realidades. Un probable campeón del fútbol español contra el campeón del fútbol uruguayo. El fútbol del campeón del Mundial contra el del cuarto del Mundial. Pero, como saben todos, las diferencias entre ambas realidades no se pueden medir con la velocidad que podría llevar contar del número uno al cuatro.
En este caso, tanto Real Madrid como Peñarol disputan este partido por el trofeo Santiago Bernabeu en conmemoración del medio siglo de la final de la Intercontinental entre ambos, tras la que se consagró el club español. Es un homenaje a lo que fueron, sólo que el Real Madrid lo sigue siendo. De ahí quizás la bronca de un titular en la página web de Don Balón, que sostenía que este compromiso "devaluaba" la Copa Santiago Bernabeu.
¿Qué le quedaba demostrar a Peñarol? En primera instancia, reivindicar la siempre redituable idea del decoro o de la vergüenza deportiva. Y lo logró, con un primer tiempo más que aceptable en el que tuvo períodos variados, entre ellos un brillante control del balón sobre el campo del Real Madrid entre los 15' y los 20'. El primer tiempo terminó yéndose con un 0 a 0 y la historia cambió después con un golazo del argentino Ángel di María.
Pero el resumen verdadero del partido está en el minuto 43 del primer tiempo, en un corner a favor de Real Madrid. De pronto el árbitro pita e impide que se realice el lanzamiento. Al parecer se ha dado en el área de Peñarol la típica situación de agarrones o empujones antes del centro. Nada del otro mundo. Sin embargo, unos instantes más tarde, cuando la acción ha quedado en nada y la pelota vuela hacia la mitad de la cancha, se ve en el replay el verdadero motivo de la interrupción. En las idas y vueltas, en los roces mientras aguardaban el envío al área, Marcelo Sosa ha visto el momento oportuno para hacer lo que tanto había deseado y anunciado antes de partir de Montevideo: despeinar a Cristiano Ronaldo. Antes de mencionar qué puede haber detrás de ese gesto que funciona como una de tantas avivadas que ahora pasan a engrosar el caudal de anécdotas pendencieras del fútbol uruguayo, cabe mirar un poco por separado a los dos jugadores. Por un lado tenemos a Cristiano Ronaldo, el que fracasó en el último Mundial, el que sale en las publicidades de shampoo o artículos por el estilo, el que tiene a las mujeres más finas, el que se perfuma antes de entrar a la cancha, el prototipo de la estrella total, el ególatra que todos resisten pero que varios hubieran querido ser. Por el otro lado, Marcelo "el Pato" Sosa: ni siquiera un delantero, el volante con algunas habilidades y otras rispideces varias, el que ya no juega en la Selección Uruguaya, el de los granos en la cara y el del pelo largo plantinado como en una presentación cumbiera, el que fue a jugar a la liga rusa y regresó espantado como Napoleón porque no sabía qué tanto frío hacía allí, el que trae la fuerza del cantegril para ganarse un lugar en la vida.
Si congelamos la imagen del segundo preciso en que el brazo de Marcelo Sosa se estira para llegar a la impoluta altitud de la cabellera de Cristiano Ronaldo, si congelamos esa imagen y los observamos a los dos, parece que se representa ante nuestros ojos una personificación de ambos equipos, una síntesis bastante elocuente. Si esto fuera una familia, una familia con varios años encima, Cristiano es el hijo que hizo todos los deberes, y Marcelo Sosa... bueno, en realidad se parece bastante a ese hermano un poco díscolo y medio bobo con el que no quisiéramos ni salir a la esquina.
Y ahora saquémosle el congelamiento a la imagen. La palma izquierda de Marcelo Sosa pasa fastidiosamente y a contrapelo por la cabellera de Cristiano Ronaldo, dejándole el particular aroma a Clear-Men. Así que Sosa lo logró... Por menos de un segundo redujo a uno de los mejores del mundo a cierta sumisión: su cabeza bajo su palma... Ven aquí y prostérnate ante un macho de verdad, loca suelta... Etcétera, etcétera... ¿Duración del acontecimiento? Muy poco. Bastante menos que la ilusión de todo el tiempo que puede llevar contar del número cuatro al número uno.

jueves, 26 de agosto de 2010

Apuntes de fútbol (I)


Empezó el Campeonato Uruguayo luego de la pausa por el Mundial y después de las vacaciones de los jugadores y las pretemporadas. Un día tenía que regresar el fútbol uruguayo. No el del cuarto puesto en Sudáfrica 2010. Se trata del fútbol uruguayo de las canchas vacías, de los céspedes raleados por los manchones ocres, el de El Tanque Sisley jugando de nuevo en Primera.
Empezó el Campeonato Uruguayo pero ni Nacional ni Peñarol jugaron en la primera fecha. Ambos postergaron sus partidos. Nacional ha tenido que aplazar su debut para el miércoles porque su rival, Wanderers, realiza una gira de amistosos por España. De todos modos, ha dado para que los tricolores realizaran un acto en el que presentaron su nuevo equipo: una especie de equipo de los sueños para el medio local, con la incorporación de último momento de Marcelo Gallardo, el 10 argentino que ya no va a ser tenido en cuenta por Ángel Cappa en River Plate de la vecina orilla.
En Peñarol, en cambio, las transferencias no han sido algo para hablar mucho. Además hay un detalle ambiguo. Egidio Arévalo Ríos, uno de los mejores mediocampistas del pasado Mundial, continúa en la institución. Sus posibles pases al fútbol italiano se han caído. Para el hincha de Peñarol es una alegría a medias ver a este jugador en el plantel. Por un lado se trata del único jugador mundialista que actúa en el medio local. Por otro lado, Arévalo Ríos ya tiene 28 años. Es ahora cuando se tiene que dar un pase a Europa. No más allá.
A todo esto, Peñarol prepara su partido amistoso ante Real Madrid en dos días, en el Santiago Bernabeu, y su compromiso contra Miramar Misiones por la primera fecha del Apertura ha quedado para comienzos de setiembre.
Por estos detalles se podría decir que el inicio del Apertura fue una fecha a medias. Y ni siquiera jugaron Defensor Sporting ni River Plate.
El equipo que ha quedado transitoriamente en la primera posición, por puntaje y por diferencia de goles, es Liverpool, que le ganó 3 a 1 a Rampla Jrs. El equipo del Cerro comenzó ganando, pero Liverpool se lo dio vuelta en cinco minutos como si se tratara de un par de cachetazos. La apoteosis llegó con un gol de chilena del "Viruta" Vera para poner el 2 a 1, y lo demás ya fue todo un traspié singular de Rampla Jrs.
Al día siguiente, el plantel entero debe asistir a la presentación en sociedad de la nueva infrastructura del club. Las nuevas autoridades anuncian las medidas de trabajo, los arreglos edilicios de la sede y hasta la nueva camiseta del equipo. Los dirigentes posan detrás de una mesa para las cámaras. Hay chicas lindas ("enrubiecidas") con la camiseta de Rampla Jrs. Sacan pecho bien hacia adelante como si allí sobre las tetas estuviera servido un cierto tipo de don que sólo Rampla Jrs. puede ofrecer. Hay contratistas, otros empresarios, más periodistas, etcétera. Pero faltan los propios jugadores. Entonces alguien da la voz y por entre los asientos, desde el fondo y hacia el centro, formando una columna despareja, hacen su entrada los jugadores, como si en realidad se tratase de un grupo de gente que se le coló al vigilante de la entrada. La voz en off del periodista del informativo donde pasan la nota asegura que los jugadores de Rampla Jrs. habrían querido haber empezado con una victoria en el Apertura. Y estuvo tan cerca. Le iban ganando 1 a 0 a Liverpool, y parpadearon y de repente ya estaban dos goles abajo... Ahora, en medio de la presentación del nuevo Rampla Jrs., los jugadores llevan todo ese fastidio en la cara. En realidad, todos tienen cara de no querer estar allí, o de una nostalgia de un lunes libre. Sobre la derecha hay unos asientos reservados para ellos. Cuando la cámara los enfoca ya sentados se ve que del uniforme del club sólo llevan puesta la camiseta. Unos llevan jeans o pantalones deportivos, y otros, los menos, un short. Los dirigentes hablan y hablan. Las chicas sonríen en automático. Los jugadores, pese a todo, permanecen de brazos cruzados. No hablan entre ellos. Así, todos uniformados, hacen que la diferencia jerárquica se torne indisimulable. Sólo que en esta oportunidad no se trata de una silenciosa protesta ante la patronal. Ahora cada cual, fruto de la derrota, sabe en qué lugar está. Ahora se sabe quiénes son los que tienen que rendir y quiénes son los que exigen; quiénes son los que no hicieron lo que tenían que hacer y quiénes están haciendo lo que hay que hacer. Por eso los jugadores de Rampla Jrs. no sonríen, no gesticulan. Son el rigor, el sufrimiento en sí mismos. No hay penitencia que no se puedan imponer, y eso no es nada al lado de los sacrificios que los dirigentes demuestran estar haciendo en esa conferencia de prensa. Así que, qué no podrían hacer los jugadores... Llevan en la cara el 3 a 1 contra Liverpool y se acabó. Sólo el capitán, sentado a la mesa junto a los dirigentes, pero también de brazos cruzados, se permite algún gesto mínimo, como un lugarteniente que da la cara por sus subordinados y que promete a todos los otros altos mandos que aquello no se va a repetir. Más tarde, consultado por los periodistas, el capitán trasuda vergüenza por traer la primera derrota a esa presentación en sociedad. No dice mucho. No hace falta tampoco que lo diga. Los actos de los futbolistas hablan por ellos mismos. Lo demás es todo replay.

miércoles, 25 de agosto de 2010

¡Mamá, ese escritor está jugando al fútbol!

En la imagen (arriba, de izq. a der.): Ignacio di Tullio, Pedro Peña, Ignacio Fernández de Palleja, Leonardo de León, Rodolfo Santullo, Valentín Trujillo, Martín Bentancor (cronista del partido); (debajo, de izq. a der.) Agustín García (jugador invitado), Gastón Brito (jugador invitado), Leonardo Cabrera, Damián González Bertolino y Fabián Muniz.

La obtención por parte de Leonardo de León del XVII Premio Nacional de Narrativa, por su libro "No vi la luna", es la causa perfecta, más que perfecta, para la revancha del encuentro fútbolístico del año pasado en Minas, cuando el representativo de escritores de Maldonado venció a su similar de San José por un ajustado 8 a 7.
La revancha se va a realizar en el mismo lugar de Minas: la cancha de fútbol-5 de la calle Treinta y Tres, a una cuadra de Avenida Centenario, el sábado 28 de agosto, a las 11 de la mañana.
Seguramente muchos de los asistentes y de los jugadores tienen todavía el recuerdo exacto de varias de las incidencias del cotejo anterior: la temprana salida por lesión de Leonardo de León que dejó a su equipo con el agua al cuello; los potentes remates de media distancia de Ignacio di Tullio; las atajadas estupendas de Rodolfo Santullo; el despliegue fervoroso de Leonardo Cabrera en el mediocampo; las pizarreadas de Valentín Trujillo; el estupendo gol de taco de Pedro Peña... No es poca cosa lo que se jugará el sábado 28, a pocas horas de la entrega de la Medalla Morosoli de Oro.
Las alineaciones son casi las mismas del año pasado, y en algunos casos presentan a jugadores invitados que defenderán con todo su honor los colores del departamento por el que jueguen. Ese es el caso de Ignacio di Tullio, poeta argentino que sin embargo vive en la localidad bonaerense de San Fernando (lo que lo acerca sin lugar a dudas a Maldonado). También ocurre algo similar en la formación de San José con Horacio Cavallo y Rodolfo Santullo, montevideanos, y con Leonardo de León, minuano.

Los equipos, ya confirmados, son los siguientes.

Maldonado: Fabian Muniz; Ignacio Fernández de Palleja, Ignacio di Tullio; Valentín Trujillo y Damián González Bertolino.

San José: Rodolfo Santullo; Horacio Cavallo; Leonardo de León, Leonardo Cabrera y Pedro Peña.

miércoles, 18 de agosto de 2010

Me encanta el pescado pero me encanta el pescado


En una sala de espera.
Llego. Saludo. Me siento en uno de los sillones.
Del lado de la pared opuesta hay otros dos pacientes. Hombre y mujer. La mujer es más vieja que el hombre, tendrá cerca de ochenta años, y el hombre unos sesenta y pico, pero de a poco se ponen a hablar fácilmente con un lenguaje común y un tipo de pasión demasiado descontrolada que hace que se entiendan de inmediato. O quizás ya se estaban entendiendo a la perfección; quiero decir, mucho antes de que yo llegara. Como hay una mesa con un gran florero con enormes flores de plástico en el medio, ninguno de los dos me puede ver, pero yo busco sus caras por entre los tallos y las hojas de las flores artificiales con total desvergüenza. Sé que no me pueden ver. Así que por más que haya sacado un libro y simule leer, yo no existo para ellos, soy del pedazo del mundo que quedó tapado por el florero.
Al comienzo lo que hacen estas dos personas es darle vueltas al asunto de la puerta nueva que tiene la sala de espera. Ahora no es como antes, cuando uno simplemente entraba desde la calle sin llamar. Ahora hay que pulsar un botón, en cierto modo posar un par de segundos para la cámara, luego esperar a que suene una especie de chicharra y, al fin, empujar la puerta para ingresar. Pero ese asunto parece ser sólo una digresión. De a poco regresan a algo de lo que hablaban antes de que yo los hubiera interrumpido con mi aparición, algo que parece referirse a la vida del hombre. Me cuesta ponerme a tono con lo que dicen, porque se trata de ese tipo de conversaciones medio masculladas, medio consabidas, en las que los interlocutores sueltan una frase corta y sentenciosa y asienten con la cabeza mirando un punto más o menos determinado en el piso. Quiero decir... quizás les faltaba escupir para completar el cuadro del aburrimiento perfecto.
Entonces el hombre dijo:
-Pesco...
Fue como si a la vieja le hubieran pegado una patada en el culo desde el fondo de su sillón.
-¡Ah! ¿Sí? -empezó a chillar -¿Y qué pesca?
El hombre se acomodó en su asiento y dijo:
-Y... Me gusta pescar sargo, lenguado...
-¿Sargo? -preguntó la vieja de golpe -El sargo es riquísimo. Y bien hecho más rico todavía...
-Pero mire que tiene espinas, ¡eh!...
-¡Ah! Hay que tener paciencia...
El hombre se inclinó un poco hacia adelante como a punto de pasar a contarle algo privado.
-Usted sabe... Mi consuegra lo hace de una manera al sargo que usted lo prueba y ni siente las espinas.
-¿Y cómo lo hace? Si se puede saber...
El hombre empezó entonces a explicarle el procedimiento hasta donde él lo conocía.
Tengo que agregar que mientras las explicaciones sobre cómo cocinar pescado se sucedían, los dos continuaban casi sentados como al principio. Es decir, uno al lado del otro, apenas separados sus sillones por un revistero pequeño, y haciendo el esfuerzo por no dejar de mirar hacia adelante, con lo que el resultado final se parecía bastante al de dos alumnos intentando pasarse las respuestas cuando el profesor se da vuelta hacia el pizarrón.
Así continuaron hablando. Del pejerrey, de la palometa, del congrio... Ambos coincidían en que los buenos tiempos para la pesca se habían acabado ya en Punta del Este por: a) los pesqueros brasileros que se meten de forma ilegal en nuestras aguas; b) los pescadores del puerto que tienden grandes redes por las noches; c) los lobos marinos, que, como no los matan, tienen que comer más o menos diez kilos de pescado por día; d) el turismo; e) otros; f) etcétera...
Hay momentos de la charla en los que el hombre y la vieja ya no lo pueden evitar y terminan mirándose de frente, como cuando sale el tema de la corvina.
De pronto alguien se acerca desde la vereda a la puerta del consultorio y trata de abrirla. Evidentemente la persona no conoce el nuevo sistema de ingreso, y prueba abrir la puerta hacia adentro, hacia afuera, e incluso de forma corrediza. Entonces, cuando el hombre está por levantarse para abrir, la persona se da cuenta de que hay que apretar el botón en el portero automático. Suena la chicharra y la puerta por fin se abre.
Se trata de una mujer de unos cuarenta años o poco más. Llega despeinada, con la bufanda aflojada y descubriéndole el pecho. Toma asiento a mi lado; así que ella también queda semioculta a la vista de los otros dos. Se hace un breve silencio.
Varios segundos después se oye caer la siguiente observación:
-¡Qué tiempito, eh!
Ha sido la vieja, que ha visto por la ventana del lado de la calle los densos nubarrones que pasan lentamente sobre Maldonado al final de la tarde.
El hombre le contesta hablándole del viento.
-¡Ah, sí! -mira un poco al costado, apenas de refilón, donde está la vieja -Parece que no sopla, pero sopla...
La vieja hace que sí con la cabeza.
-Hace unos días -vuelve a decir el hombre -tuve que cruzar a la isla Gorriti para pescar allá y...
-¿Va a pescar a la isla Gorriti?...
De reojo, me doy cuenta de que la mujer sentada a mi lado parece haberse apartado un poco de sus propios pensamientos y hace un intento por colocar su mirada entre las plantas artificiales.
La vieja pregunta qué se pesca del otro lado de la isla y el hombre empieza en seguida una serie comentarios en los que describe cosas sobre los vientos, las mareas y las estaciones. Cuando pasan un par de minutos ya están casi mirándose de frente una vez más.
Pero el asunto no dura mucho más. Se oye abrirse y cerrarse una puerta y luego unos pasos entrecortados.
-Ahí viene mi hija...
Y entonces aparece la hija. Debe tener unos treinta años menos que su madre, pero en cierto aspecto no del todo descifrable parece más antigua.
La vieja se levanta y le extiende un abrigo a la hija. Luego se despide del hombre con un "Buenas tardes", abre la puerta y su figura y la de su hija se pierden en la vereda.