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domingo, 11 de julio de 2010
España y el resto del mundo
Primero tiempo
'0 Falta de van Persie.
'1 Primer ataque de España. Los jugadores de Holanda se juntan dentro del área, y con sus camisetas fluorescentes parecen una protesta de trabajadores de la vía pública. Mueven los brazos a todos lados. Parece que hay pozos.
'4 Centro de Xavi en un tiro libre. La cámara lo capta en un primer plano. Xavi es indiscutiblemente parecido al Robert Downey Jr. de la primera época. Ramos cabecea y tapa Stekelenburg en el medio del arco.
'6 "La pelota es la linterna que ilumina los caminos de España", Mario Bardanca (contemporáneo)
'8 Pica Villa entre los zagueros de Holanda. La atrapa Stekelenburg.
'11 Centro pasado. Villa remata de zurda y la pelota pega en la parte exterior de la red... "España ya no es el toro, es el torero que juega con la capa", Mario Bardanca.
'14 Amarilla para van Perise. Le protesta al juez describiendo un círculo con sus manos. Pero no hay posibilidad de que Howard Webb le crea. Por su tamaño, el gesto de van Persie recuerda más un embarazo de ocho meses que una pelota número cinco.
'15 La cámara muestra a la Reina Sofía de España y al Príncipe de Holanda, juntos en el palco, intercambiando algún que otro comentario.
'16 Falta de Puyol contra Robben. Amarilla para el español. La cámara ultralenta muestra una secuencia de una película de Jean-Claude van Damme.
'17 Primero tiro de Holanda al arco. Ataja Casillas. Holanda sabe, pero sabe, que empezó el partido.
'21 Falta de van Bommel contra Iniesta. Amarilla.
'22 Amarilla para Ramos por falta sobre Kuyt.
'24 Lo más emocionante hasta ahora: Dos ataques de España y como siete patadas.
'26 Zzzzzzzzz
'27 A despertarse. Amarilla para De Jong. En realidad fue tan sólo una plancha en el pecho a Xabi Alonso. De Jong le protesta a Webb diciéndole que no vio a Xabi Alonso. Quizás se refiera al otro, a Xavi. ¿Quién sabe?
'30 Robben y Kuyt, punteros, pasan a jugar ahora de laterales. Posesión de la pelota: España 56%, Holanda 44%. En faltas, gana Holanda 9 a 3. Pero si se cuenta bien la plancha al pecho de De Jong, que fue como un combo de Mortal Kombat, el resultado es 36 a 3.
'33 Heitinga quiere devolver la gentileza. Saca y casi la mete por encima de Casillas. Algo no anda bien.
'35 Los hinchas empiezan a cantar. No les importa la diferencia horaria.
'36 Zzzzzzzzzz
'40 Un par de ataques de España, que ha iniciado su trabajo de hipnosis.
'41 Otra falta karateka. Esta vez Sneijder.
'45 Remate apretado y abajo de Robben. Casillas manda al corner. No pasa mucho más.
Segundo tiempo
'2 Corner para España. Jugada entre Xavi e Iniesta.
'3 Empieza a llover acá en Maldonado.
'9 Amarilla para van Bronckhorst. El tiro libre de Xavi se va apenas desviado.
'10 Otra patada para Villa, de un holandés que no le había pegado hasta el momento.
'11 Amarilla a Heitinga. El árbitro Webb está 30 segundos atrasado.
'12 Falta de Iniesta. Tiro libre para Holanda.
'14 Sin querer parto el lápiz con el que hago estas anotaciones.
'15 Centro de Holanda. Cabezazos desprolijos. Ahora se la pegan a Piqué en la cabeza.
'16 Robben sirve un pase al medio para Sneijder. Casi gol. Casillas la saca al corner con una pierna.
'18 Zzzzzzzz
'19 España comienza a mover la pelota hacia los costados.
'21 Amarilla para Capdevila. Tiro libre de Robben. No... pasa... na...da...
'24 Ataque de España. Casi gol de Villa. España conoce las puntas de la cancha. Van Bronckhorst necesita ayuda.
'25 Se va Kuyt. Entra Elia.
'27 Falta sobre Iniesta al borde del área, del lado izquierdo. Villa patea afuera.
'31 Corner para España. Cabecea Ramos solo y lo erra por encima del travesaño.
'32 Se pica entre van Bommel e Iniesta.
'33 Complica Navas por la derecha.
'35 Pase de Alonso para Iniesta. Iniesta se mete en el área. Pregunta: ¿Por qué Iniesta engancha adentro donde están los holandeses y no hacia afuera para sacar el remate? Iniesta parece buscar la más difícil.
'37 Otra vez Robben tiene el gol de partido. Puyol lo molesta un poco en la carrera. Pero no es para tanto. Casillas se adelanta y toma la pelota seguro... Amarilla contra Robben en la jugada siguiente, por protestar. Sin embargo el juez sigue siendo hijo suyo.
'41 Se va Xabi Alonso. Entra Fábregas.
'44 Van Persie, al que se le ha sancionado off-side, se saca de encima a Casillas y define. La pelota da en el palo. No es así...
'46 Manejo de la pelota de España... Ambos equipos se cierran al final del segundo tiempo.
'47 Sneijder busca el gol de la victoria desde lejos con un remate sorpresivo. En su cabeza el mundo gira de una manera. La realidad está un poco lejos.
'48 Fin del segundo tiempo.
Primer tiempo del alargue
'0 Incursión de Robben por derecha. Lo marcan tres jugadores. La vida continúa.
'1 Navas ataca por derecha. Lo marcan algunos holandeses. La vida continúa siguiendo.
'2 Los españoles piden penal. El árbitro concede sólo un corner. Lo patea Xavi y no pasa nada.
'3 Primer plano de la pelada del árbitro Howard Webb. Se trasluce un cráneo impresionante.
'4 Iniesta para Fábregas, que define contra la salida de Stekelenburg. El arquero holandés la saca al corner con una pierna.
'5 Cabezazo de España por encima del horizontal.
'6 Tiro al arco de De Jong. Controla Casillas. La pelota va hacia Iniesta, que juega para Capdevila. Centro para Xavi. Corner.
'7 Puyol cabecea el tiro del corner hacia afuera, bastante desviado.
'8 Pase de Fábregas al vacío para Iniesta. Iniesta no define. Engancha y se la saca van Bronckhorst. ¿Qué tipo de gol quiere hacer España?
'9 Se va De Jong. Tiene que dirigir un curso de especialización en traqueotomía en la Universidad de Rotterdam y el avión sale en un rato.
'10 Remata Navas. La pelota pega en la parte de afuera de la red. Hay un corner que no lleva a nada.
'11 Holanda tiene ganas de hacer un gol.
'12 La Reina Sofía, con una manta roja cubriendo su falda, se acaricia los nudillos de la mano izquierda. El príncipe de Holanda sigue como siempre a su lado. Pero se ha abierto entre ellos un espacio. Al príncipe le cuelga largamente su bufanda naranja. Tiene cara de estar pensando qué es lo que van a servir a la hora de la cena. Linda foto para la revista ¡HOLA!
'13 Fábregas remata desde afuera. La pelota se va por fuera contra un palo.
'14 Se va van Bronckhorst. Entra otro holandés.
'15 El tiempo simplemente se consume para que podamos llegar al minuto '16
'16 Llega el minuto 16. Se termina el primer tiempo.
Segundo tiempo del alargue
Se va Villa. Entra Torres.
'3 Iniesta se va solo hacia el gol. Heitinga lo derriba y recibe doble amarilla y es expulsado.
'4 Xavi dispara el tiro libre por encima del travesaño. La cámara ultralenta muestra a Xavi mirando hacia atrás, con su cara de Robert Downey Jr. Lo tapan los rulos de Puyol, lentos, hacia arriba, hacia abajo, como los tentáculos de un pulpo deslizándose en el fondo del mar.
'5 Falta sobre Iniesta.
'6 Centro al área. Rechaza Stekelenburg.
'7 Robben se hace el vivo. Define cuando ya había sido cobrado el off-side. El árbitro le dice que no va más... que no va más a cobrarle nada, que le dé tranquilo.
'8 Tiro libre para Holanda. Queda postergado para el minuto siguiente por problemas en el armado y la colocación de la barrera. Una lástima...
'9 La barrera demora aún media hora más en armarse. Sneijder le respira encima. Los españoles se quejan del mal aliento de los integrantes de la barrera. Se realiza el tiro libre y el remate pega en uno de los hombros de los holandeses y se va al corner.
'10 ¡Gol de Iniesta! Lo dejan sólo en el área y remata fuerte y cruzado hacia el segundo palo.
'11 Toda Holanda protesta.
'12 y '13 Replays... Casillas llorando. La Reina Sofía saltando, volando podría decirse, con un promedio de elevación de unos 6,5 centímetros. El príncipe de Holanda apoyado contra la barandilla, definitivamente alejado de la Reina Sofía, observando para otro lado. No es changa lo que se tiene que aguantar por ser de la realeza.
'14 y '15 Aumenta el volumen de las vuvuzelas. Ataca Holanda con centros.
'16 Etcétera.
'17 ESPAÑA CAMPEÓN DEL MUNDO.
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Mario Bardanca,
Sudáfrica 2010
domingo, 20 de junio de 2010
Bardanca en el área con tulipanes
Y anoche soñé con Mario Bardanca... Atajaba en un equipo que podía ser Peñarol o Danubio, y ese equipo enfrentaba a Nacional por la final del Campeonato Uruguayo. Sobre la hora, en una jugada de ataque de Nacional, y con el resultado a favor, Bardanca sale a cortar un centro pasado casi sobre el extremo derecho de su área. Es una jugada arriesgada, aunque no hay jugadores rivales muy cerca. En pleno vuelo Bardanca sostiene entre sus manos el balón y se nota claramente que se sale del área; pero justo en ese momento el árbitro señala el final del partido. Sus compañeros comienzan a correr hacia todos lados y los hinchas de Peñarol o Danubio se meten en la cancha. Los jugadores de Nacional corren hacia el túnel. De pronto me doy cuenta de que en el área de Bardanca está lleno de tulipanes. Los jugadores y los fanáticos corren de un lado a otro, pero los tulipanes siempre permanecen sanos. Pareciera que todo el mundo los respeta. En la transmisión los comentaristas empiezan a analizar la victoria del equipo campeón. Uno de los comentaristas es el propio Mario Bardanca, que, pese a alguna sugerencia de sus colegas en el estudio televisivo, se muestra reticente a querer hablar de su actuación en el partido. Sus comentarios le ponen un freno a la emoción por el campeonato obtenido e intentan analizar algunos aspectos técnicos. Mientras tanto las cámaras enfocan a los hinchas de Nacional retirándose de las tribunas y cantando por su equipo. La voz de Bardanca, de fondo, vuelve sobre los conceptos de "mesura" o "tranquilidad". Y el sueño se termina.
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viernes, 18 de junio de 2010
Bardanca me dice cosas
Veo los partidos del Mundial en canal 11 de Punta del Este, que retransmite a su vez la programación de canal 4, de Montevideo. Es el único canal que puedo ver en mi televisor. Para llegar a hacerlo, uso un cable que generalmente utilizo para conectar la computadora al equipo de audio. Conecto en el huequito donde va la antena, detrás del televisor, esa salida del cable similar a la de los auriculares, y dejo colgado contra la ventana el otro extremo, que se divide en dos conexiones de colores rojo y negro. Esas conexiones, mientras realizan su función de antena, se parecen bastante a las cabezas inclinadas de dos personas un poco tristes que cumplen un horario. Por eso es que veo todos los partidos del Mundial en el mismo canal, porque es imposible sintonizar con ese sistema los otros canales de Maldonado: el 7 y el 2. Eso quiere decir además que escucho a los mismos comentaristas del canal 4: a Federico Paz o a Eduardo Ribas en el relato; a Mario Uberti con sus detalles desde la misma Sudáfrica; a Santiago Ostolaza y Fernando Morena, como las voces de los ex-jugadores que pueden aportar aquello que el periodista deportivo no sabe porque no lo vivió; y, por último, a Mario Bardanca, que, si no me equivoco, ha sido un fichaje especial del canal 4 para la cobertura del Mundial. Bardanca es la voz principal en cada transmisión, sea con el relato de Eduardo Ribas o con el de Federico Paz. Bardanca es la voz de la conciencia, un poco como Pepe Grillo. Bardanca es el analista de las jugadas. Bardanca es el hombre que se da cuenta de lo que nadie parecía haberse dado cuenta mientras todos corren excitados de un lado para el otro con las estadísticas, los goles, las patadas, las mujeres en las tribunas. Bardanca es... Bardanca me dice cosas...
Desde hace dos noches, cuando los partidos de las 8 y de las 11 de la mañana, más el de las 3 de la tarde, son un eco tenue, Bardanca me dice cosas... Cuando la noche se hace profunda, cuando estoy ya en la cama solo con mis propios pensamientos, Bardanca me dice cosas...
La primera noche fue solamente su voz, como si su voz fuera el instrumento por el que yo tocaba mis pensamientos o las divagaciones previas al sueño profundo. Las palabras que recorrían mi cabeza, vívidas como un susurro, me las dijo todas Mario Bardanca, atravesadas por su manera de armar las frases.
Anoche estaba acostado, leyendo la biografía de Morosoli escrita por Óscar Brando, cuando me sorprendo ante la siguiente frase: "De manera que, aún sin remontarse como hace Bajtin a la antigüedad para ver los antecedentes, en este corto período de dos siglos cabe observar las variaciones de la clave de aprendizaje en el héroe novelesco." Juro que la representación sonora de todas esas palabras, en mi mente, estaba realizada por la voz de Bardanca...
Ahora Bardanca no sólo me dice cosas, sino que me las lee... Bardanca me pareció de repente tan bueno, tan dulce...
Y sin embargo, de golpe, como si alguien me hubiera gritado, cerré el libro, lo aparté, y busqué en la mesa de luz el fixture del Mundial y me fijé en la fecha de la final. 11 de julio. Entonces apagué la luz de la portátil y me acomodé para quedarme dormido. Pero en ese silencio expectante, con la insistencia de vuvuzelas, la voz de Bardanca, en varios canales, atravesaba el aire de mi habitación: las referencias de los laterales... / presión constante... / llama también poderosamente la atención... / por las bandas...
Desde hace dos noches, cuando los partidos de las 8 y de las 11 de la mañana, más el de las 3 de la tarde, son un eco tenue, Bardanca me dice cosas... Cuando la noche se hace profunda, cuando estoy ya en la cama solo con mis propios pensamientos, Bardanca me dice cosas...
La primera noche fue solamente su voz, como si su voz fuera el instrumento por el que yo tocaba mis pensamientos o las divagaciones previas al sueño profundo. Las palabras que recorrían mi cabeza, vívidas como un susurro, me las dijo todas Mario Bardanca, atravesadas por su manera de armar las frases.
Anoche estaba acostado, leyendo la biografía de Morosoli escrita por Óscar Brando, cuando me sorprendo ante la siguiente frase: "De manera que, aún sin remontarse como hace Bajtin a la antigüedad para ver los antecedentes, en este corto período de dos siglos cabe observar las variaciones de la clave de aprendizaje en el héroe novelesco." Juro que la representación sonora de todas esas palabras, en mi mente, estaba realizada por la voz de Bardanca...
Ahora Bardanca no sólo me dice cosas, sino que me las lee... Bardanca me pareció de repente tan bueno, tan dulce...
Y sin embargo, de golpe, como si alguien me hubiera gritado, cerré el libro, lo aparté, y busqué en la mesa de luz el fixture del Mundial y me fijé en la fecha de la final. 11 de julio. Entonces apagué la luz de la portátil y me acomodé para quedarme dormido. Pero en ese silencio expectante, con la insistencia de vuvuzelas, la voz de Bardanca, en varios canales, atravesaba el aire de mi habitación: las referencias de los laterales... / presión constante... / llama también poderosamente la atención... / por las bandas...
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Mario Bardanca,
Sudáfrica 2010
domingo, 13 de junio de 2010
Green goes to the bottom
1: Hey!... ¡También te apareció un agujero a ti!
Desde hace unas dos o tres semanas antes del Mundial, vengo pensando que a Inglaterra le puede ocurrir algo muy similar a lo de Italia en el campeonato pasado. No me refiero tanto a que vaya a ganar la copa (es una posibilidad), sino a que silenciosamente pueda acercarse a las instancias de definición gracias a las características de los rivales de su grupo (Estados Unidos, Argelia y Eslovenia) y a los posibles cruzamientos que se le presenten a partir de octavos de final. En Alemania 2006, cuando nos quisimos dar cuenta, la azurra estaba jugando la semifinal contra el dueño de casa y metiéndole esos dos goles sorpresivos en el alargue. Por otra parte, Inglaterra es lo que se parece, de entre todos los supuestos candidatos, junto con España, a un equipo con buen funcionamiento, donde no existe tanto la necesidad de esperar la aparición de alguna supernova. Y además, Inglaterra tiene, como Uruguay, una deuda pendiente con su historia. Desde que obtuvo el título del '66 jugando como local se terminó alejando, salvo alguna aislada ocasión, de las instancias de definición. Por supuesto, Inglaterra no es Uruguay. Aunque tiene un título mundial menos que nuestra selección, a Inglaterra le sobran recursos como para que nadie se asombre demasiado si lo gana de nuevo. Con todo ese panorama, el partido debut contra Estados Unidos revestía no poca importancia.
Hace un par de días un amigo estadounidense nos escribió a varios bromeando un poco y diciendo que si Estados Unidos le ganaba a Inglaterra el deporte tendría que dejar de llamarse "football" para pasar a ser "soccer". Luego hubo un par de mensajes de ida y de vuelta y alguien terminó indicando que, pese a lo que se cree, "soccer" es en realidad un término británico, así como existe también la alternativa británica "rugger" para "rugby", ejemplos que ya se podían ver bastante antes de finalizar el siglo XIX. Pero el tono de los comentarios en las subsiguientes respuestas se volvió un poco más ácido con las horas. Mi amigo escribe: "¿Y qué tal si se abren un agujero para ellos en el Mar del Norte luego de perder?"... Es que para él, las bondades del final de la primavera en el estado de Oregon no lo podían distraer del desastre ecológico que se vive en la costa del Sur profundo de su país, luego de que sobre finales de abril a la compañía petrolera británica BP se le fuera de las manos el control de un pozo en el fondo del Golfo de México. Como en el ejemplo casi más recurrente en este tipo de cuestiones, que es la actuación de Maradona ante Inglaterra en México '86, muchas veces los campeonatos mundiales intentan restituir por una vía menos que indirecta una porción del orgullo nacional herido por otra nación. En el caso de Argentina, los goles de Maradona fueron una reivindicación de la gallardía de la Nación ante el conflicto por las Islas Malvinas. El propio Estados Unidos lo sufrió cuando en el Mundial de Francia '98 fue derrotado 2 a 1 por Irán. Ambos equipos ya estaban eliminados antes del encuentro, pero para los musulmanes eso fue como castigar al mismo Diablo. Sin embargo, la incidencia de un partido entre Estados Unidos e Inglaterra, en lo previo, no podía agregar mucho al asunto de una supuesta restitución del "orgullo", por la obvia razón de que el fútbol, el soccer, es seguido por una minoría de la población, sobre todo la latina. De todos modos la abrumadora mayoría de los estadounidenses se haría llevar por la lógica y atendería a los resultados de la reunión que Obama sostuvo el mismo día del partido con David Cameron, el primer ministro inglés. En dicha reunión, el presidente de Estados Unidos indicó que su país no tiene ningún tipo de resentimiento hacia el Reino Unido tras el desastre ambiental del Golfo de México.
Por todo lo anterior, para los estadounidenses, sean los que sean que crean que en este partido un tropezón de Inglaterra les daría una suerte de indemnización moral, para ellos, luego de una serie de interminables acontecimientos azarosos de la vida, fue creado Robert Green. A sus 30 años, la carrera deportiva de Robert Green, arquero de esta selección inglesa, no es lo que se dice un recorrido exitoso. Más bien parece ser una larga preparación, demasiado larga, hacia la espera de un premio de esos que la vida suele dar al esfuerzo o a la constancia. Sus logros fueron... 1: 18 partidos preservando el arco invicto en una de sus últimas temporadas en el Norwich City y 2: el reconocimiento de mejor jugador del West-Ham United en la temporada 2007-2008 de la Premier League. Nada de títulos obtenidos. Sólo eso. Y sus momentos más penosos hasta llegar a Sudáfrica fueron... 1: una lesión de aductores en un amistoso contra Bielorrusia que lo dejó fuera del plantel que Inglaterra llevó a Alemania 2006, y 2: en las Eliminatorias europeas para Sudáfrica 2010 se convirtió en el primer arquero de la historia de la selección inglesa en ser expulsado; fue contra Ucrania en octubre de 2009, e Inglaterra perdió por 1 a 0.
Su reaparición en el arco inglés en el debut del Mundial, en el partido entre los gringos, era el momento de su carrera, visto desde el ángulo que se lo observe. Desconfiado de todos los otros arqueros que había probado, entre ellos "Calamity" James, Capello resolvió darle otra oportunidad. Era su momento. No había más vuelta que darle...
Antes de los 5 minutos de juego, Gerard, el capitán de Inglaterra, va a buscar una pelota a la entrada del área entregada de primera por Heskey y define de forma sutil con la cara externa de su pie derecho, como bien lo haría un 9 goleador, sólo que Gerard es un jugador completo, un jugador de dos áreas como los hay contados en el mundo. En la transmisión televisiva un comentarista agrega el dato de que Gerard es uno de los diez jugadores de la Premier League que más distancia recorren por partido, algo así como 18 kilómetros, 600 metros de promedio. Todo era perfecto en ese primer tiempo para Inglaterra. Aunque Rooney no encontraba todavía su oportunidad de gol, aunque Lampard estaba casi a tiro, el equipo funcionaba bien. El entrenador Favio Capello seguía las jugadas con cierta reticencia a dejarse llevar por los impulsos emocionales. A un costado, y enfocado por las cámaras cada tanto, David Beckham, que no jugará el Mundial, aplaudía y alentaba a sus compañeros con simpatía, parado con una elegancia propia de un festival de cine, con su traje gris calzado a la perfección, con una estampa que tiene más de ese aplomo inglés que de la producción para la cámara de hoy en día.
A los 40 minutos, Clint Dempsey entra por el medio con la pelota dominada ante varios defensas ingleses. La acomoda, se da vuelta, la acomoda otra vez y vuelve a girar, siempre ante el mismo marcador, hasta que saca desde detrás de la media luna un remate frontal. El tiro no tiene mucha fuerza, y hasta se podría parecer bastante a uno de esos pases que los defensas en apuros suelen enviarle a sus arqueros. Robert Green se agacha y espera la llegada de la pelota casi sobre la línea de gol. Hay algo extraño en cómo Green coloca su cuerpo, sin embargo. Esta como clavado y envía sus manos hacia el costado derecho como si fueran dos sirvientes saliendo a recibir a un huésped un poco fastidioso y a deshora. Pero los sirvientes son perezosos o tienen mala voluntad. No reciben al huésped, o apenas lo saludan. Green, o sea el otro lado donde está la verdadera parte de Robert Green, no puede creer lo que ve. La pelota roza sus palmas y se manda sola hacia el fondo del arco. Por más que salte e intente dar un último manotazo, el tiempo no le da. Estados Unidos logra así empatar el partido. Green retira la pelota del arco y la avienta hacia adelante de un patadón. Después levanta una mano con la palma extendida hacia sus compañeros en señal de disculpa. Todos saben íntimamente que la jugada no tiene nada que ver con las críticas que antes del Mundial ha recibido la pelota "Jabulani" por sus movimientos imprevisibles, que han hecho que se le desprestigie como a una "pelota de playa".Sus compañeros regresan a sus ubicaciones antes del silbatazo que reanude el juego. Parece que nadie de Inglaterra ha tenido que hacer el trayecto hasta lo profundo del área para cruzar al menos dos o tres palabras de aliento con Green. No, nada... nada de nada. La discreción y el aplomo ingleses han bajado como una bruma repentina y cada uno se aviene con sus propios pensamientos. Hay que mirar un poco más a Green ahora, o recordarlo un poco más. Aunque en el segundo tiempo, con el partido nivelado, vaya a evitar con un manotazo lo que pudo haber sido el gol del triunfo de Estados Unidos. Eso no agrega o cambia nada. Lo que queda, la imagen que a la mañana siguiente van a hurgar los diarios ingleses, varios de ellos crueles(*), es la de Green parado de espaldas a pocos metros del arco, la de su rostro recuadrado por la cámara ultralenta que lo muestra con su nariz apenas enrojecida por el frío de la noche en Rustenberg, con la superficie lisa y frágil de sus ojos celestes enfrentados hacia la nada, iguales a un cartel colgado en la puerta de un comercio con las palabras "Regreso en seguida". Green, que logró su objetivo de poder llegar a atajar en un Mundial, ahora está entendiendo que ese lugar no lo lleva a un futuro, sino que lo devuelve una y otra vez a un pasado de postergaciones. Y es por eso que va a tener que llevar ese peso por mucho tiempo, porque sabe que son sólo los niños buenos los que se van al cielo.
2: De la inteligencia de nuestros relatores y comentaristas televisivos
Desde su ubicación de comentarista en el estadio, Mario Uberti es el encargado de agregar datos anecdóticos, curiosos y hasta, en algunas ocasiones, poco funcionales al juego que el espectador observa por la pantalla de canal 4. Pero todo eso es bienvenido ante el habitual bodrio de los comentarios mayormente reiterativos, carentes de agudeza o de respeto por la lengua española a que nos tienen acostumbrados en la televisión uruguaya, tanto sea en TV abierta como en cable.
La voz de Uberti se cuela entre las palabras de Federico Paz y Mario Bardanca y destaca la figura de Gerard unos minutos después de su gol indicando que además ha publicado un libro de memorias deportivas que recibió el premio a la mejor publicación en esa categoría en Inglaterra. Uberti utiliza el término "ilustrado" para referirse al futbolista inglés. Paz replica si entonces Gerard será "tan ilustrado como valiente". ... Zzzzz zzz zzzz...
Varios minutos después, posiblemente en el segundo tiempo, Uberti comenta algunos aspectos de la vida de Favio Capello, cosas como que es católico practicante, que con su esposa de toda la vida se conocen desde los 12 años de edad, que posee una colección de arte tasada en unos 25 millones de dólares... Paz se orienta hacia la necesidad de reflexionar, o de insinuar, más bien, si desde los 12 años ya habría habido algo parecido al coito, o algo así. Bardanca, por su parte, se asombra de que Capello, siendo un hombre tan metódico, calculador y disciplinado, deje librada a Dios la suerte de lo que le va acontecer. Bardanca, evidentemente, confunde "religión" con "horóscopo", ignora, u olvida, quizás por la prisa de tener que decir algo al aire, que la misma práctica de una religión exige a su fiel la constancia, el método y la disciplina como pruebas de fe, de una fe que está hecha de la seguridad de que ciertas cosas suceden.
(*) El Sunday Mirror nombró el hecho como "the hand of clod" (la mano del tonto), aludiendo irónicamente a la famosa expresión que los toca de cerca: "the hand of God" (la mano de Dios), con la que Maradona les hace un gol ilícito en México '86.
Desde hace unas dos o tres semanas antes del Mundial, vengo pensando que a Inglaterra le puede ocurrir algo muy similar a lo de Italia en el campeonato pasado. No me refiero tanto a que vaya a ganar la copa (es una posibilidad), sino a que silenciosamente pueda acercarse a las instancias de definición gracias a las características de los rivales de su grupo (Estados Unidos, Argelia y Eslovenia) y a los posibles cruzamientos que se le presenten a partir de octavos de final. En Alemania 2006, cuando nos quisimos dar cuenta, la azurra estaba jugando la semifinal contra el dueño de casa y metiéndole esos dos goles sorpresivos en el alargue. Por otra parte, Inglaterra es lo que se parece, de entre todos los supuestos candidatos, junto con España, a un equipo con buen funcionamiento, donde no existe tanto la necesidad de esperar la aparición de alguna supernova. Y además, Inglaterra tiene, como Uruguay, una deuda pendiente con su historia. Desde que obtuvo el título del '66 jugando como local se terminó alejando, salvo alguna aislada ocasión, de las instancias de definición. Por supuesto, Inglaterra no es Uruguay. Aunque tiene un título mundial menos que nuestra selección, a Inglaterra le sobran recursos como para que nadie se asombre demasiado si lo gana de nuevo. Con todo ese panorama, el partido debut contra Estados Unidos revestía no poca importancia.
Hace un par de días un amigo estadounidense nos escribió a varios bromeando un poco y diciendo que si Estados Unidos le ganaba a Inglaterra el deporte tendría que dejar de llamarse "football" para pasar a ser "soccer". Luego hubo un par de mensajes de ida y de vuelta y alguien terminó indicando que, pese a lo que se cree, "soccer" es en realidad un término británico, así como existe también la alternativa británica "rugger" para "rugby", ejemplos que ya se podían ver bastante antes de finalizar el siglo XIX. Pero el tono de los comentarios en las subsiguientes respuestas se volvió un poco más ácido con las horas. Mi amigo escribe: "¿Y qué tal si se abren un agujero para ellos en el Mar del Norte luego de perder?"... Es que para él, las bondades del final de la primavera en el estado de Oregon no lo podían distraer del desastre ecológico que se vive en la costa del Sur profundo de su país, luego de que sobre finales de abril a la compañía petrolera británica BP se le fuera de las manos el control de un pozo en el fondo del Golfo de México. Como en el ejemplo casi más recurrente en este tipo de cuestiones, que es la actuación de Maradona ante Inglaterra en México '86, muchas veces los campeonatos mundiales intentan restituir por una vía menos que indirecta una porción del orgullo nacional herido por otra nación. En el caso de Argentina, los goles de Maradona fueron una reivindicación de la gallardía de la Nación ante el conflicto por las Islas Malvinas. El propio Estados Unidos lo sufrió cuando en el Mundial de Francia '98 fue derrotado 2 a 1 por Irán. Ambos equipos ya estaban eliminados antes del encuentro, pero para los musulmanes eso fue como castigar al mismo Diablo. Sin embargo, la incidencia de un partido entre Estados Unidos e Inglaterra, en lo previo, no podía agregar mucho al asunto de una supuesta restitución del "orgullo", por la obvia razón de que el fútbol, el soccer, es seguido por una minoría de la población, sobre todo la latina. De todos modos la abrumadora mayoría de los estadounidenses se haría llevar por la lógica y atendería a los resultados de la reunión que Obama sostuvo el mismo día del partido con David Cameron, el primer ministro inglés. En dicha reunión, el presidente de Estados Unidos indicó que su país no tiene ningún tipo de resentimiento hacia el Reino Unido tras el desastre ambiental del Golfo de México.
Por todo lo anterior, para los estadounidenses, sean los que sean que crean que en este partido un tropezón de Inglaterra les daría una suerte de indemnización moral, para ellos, luego de una serie de interminables acontecimientos azarosos de la vida, fue creado Robert Green. A sus 30 años, la carrera deportiva de Robert Green, arquero de esta selección inglesa, no es lo que se dice un recorrido exitoso. Más bien parece ser una larga preparación, demasiado larga, hacia la espera de un premio de esos que la vida suele dar al esfuerzo o a la constancia. Sus logros fueron... 1: 18 partidos preservando el arco invicto en una de sus últimas temporadas en el Norwich City y 2: el reconocimiento de mejor jugador del West-Ham United en la temporada 2007-2008 de la Premier League. Nada de títulos obtenidos. Sólo eso. Y sus momentos más penosos hasta llegar a Sudáfrica fueron... 1: una lesión de aductores en un amistoso contra Bielorrusia que lo dejó fuera del plantel que Inglaterra llevó a Alemania 2006, y 2: en las Eliminatorias europeas para Sudáfrica 2010 se convirtió en el primer arquero de la historia de la selección inglesa en ser expulsado; fue contra Ucrania en octubre de 2009, e Inglaterra perdió por 1 a 0.
Su reaparición en el arco inglés en el debut del Mundial, en el partido entre los gringos, era el momento de su carrera, visto desde el ángulo que se lo observe. Desconfiado de todos los otros arqueros que había probado, entre ellos "Calamity" James, Capello resolvió darle otra oportunidad. Era su momento. No había más vuelta que darle...
Antes de los 5 minutos de juego, Gerard, el capitán de Inglaterra, va a buscar una pelota a la entrada del área entregada de primera por Heskey y define de forma sutil con la cara externa de su pie derecho, como bien lo haría un 9 goleador, sólo que Gerard es un jugador completo, un jugador de dos áreas como los hay contados en el mundo. En la transmisión televisiva un comentarista agrega el dato de que Gerard es uno de los diez jugadores de la Premier League que más distancia recorren por partido, algo así como 18 kilómetros, 600 metros de promedio. Todo era perfecto en ese primer tiempo para Inglaterra. Aunque Rooney no encontraba todavía su oportunidad de gol, aunque Lampard estaba casi a tiro, el equipo funcionaba bien. El entrenador Favio Capello seguía las jugadas con cierta reticencia a dejarse llevar por los impulsos emocionales. A un costado, y enfocado por las cámaras cada tanto, David Beckham, que no jugará el Mundial, aplaudía y alentaba a sus compañeros con simpatía, parado con una elegancia propia de un festival de cine, con su traje gris calzado a la perfección, con una estampa que tiene más de ese aplomo inglés que de la producción para la cámara de hoy en día.
A los 40 minutos, Clint Dempsey entra por el medio con la pelota dominada ante varios defensas ingleses. La acomoda, se da vuelta, la acomoda otra vez y vuelve a girar, siempre ante el mismo marcador, hasta que saca desde detrás de la media luna un remate frontal. El tiro no tiene mucha fuerza, y hasta se podría parecer bastante a uno de esos pases que los defensas en apuros suelen enviarle a sus arqueros. Robert Green se agacha y espera la llegada de la pelota casi sobre la línea de gol. Hay algo extraño en cómo Green coloca su cuerpo, sin embargo. Esta como clavado y envía sus manos hacia el costado derecho como si fueran dos sirvientes saliendo a recibir a un huésped un poco fastidioso y a deshora. Pero los sirvientes son perezosos o tienen mala voluntad. No reciben al huésped, o apenas lo saludan. Green, o sea el otro lado donde está la verdadera parte de Robert Green, no puede creer lo que ve. La pelota roza sus palmas y se manda sola hacia el fondo del arco. Por más que salte e intente dar un último manotazo, el tiempo no le da. Estados Unidos logra así empatar el partido. Green retira la pelota del arco y la avienta hacia adelante de un patadón. Después levanta una mano con la palma extendida hacia sus compañeros en señal de disculpa. Todos saben íntimamente que la jugada no tiene nada que ver con las críticas que antes del Mundial ha recibido la pelota "Jabulani" por sus movimientos imprevisibles, que han hecho que se le desprestigie como a una "pelota de playa".Sus compañeros regresan a sus ubicaciones antes del silbatazo que reanude el juego. Parece que nadie de Inglaterra ha tenido que hacer el trayecto hasta lo profundo del área para cruzar al menos dos o tres palabras de aliento con Green. No, nada... nada de nada. La discreción y el aplomo ingleses han bajado como una bruma repentina y cada uno se aviene con sus propios pensamientos. Hay que mirar un poco más a Green ahora, o recordarlo un poco más. Aunque en el segundo tiempo, con el partido nivelado, vaya a evitar con un manotazo lo que pudo haber sido el gol del triunfo de Estados Unidos. Eso no agrega o cambia nada. Lo que queda, la imagen que a la mañana siguiente van a hurgar los diarios ingleses, varios de ellos crueles(*), es la de Green parado de espaldas a pocos metros del arco, la de su rostro recuadrado por la cámara ultralenta que lo muestra con su nariz apenas enrojecida por el frío de la noche en Rustenberg, con la superficie lisa y frágil de sus ojos celestes enfrentados hacia la nada, iguales a un cartel colgado en la puerta de un comercio con las palabras "Regreso en seguida". Green, que logró su objetivo de poder llegar a atajar en un Mundial, ahora está entendiendo que ese lugar no lo lleva a un futuro, sino que lo devuelve una y otra vez a un pasado de postergaciones. Y es por eso que va a tener que llevar ese peso por mucho tiempo, porque sabe que son sólo los niños buenos los que se van al cielo.
2: De la inteligencia de nuestros relatores y comentaristas televisivos
Desde su ubicación de comentarista en el estadio, Mario Uberti es el encargado de agregar datos anecdóticos, curiosos y hasta, en algunas ocasiones, poco funcionales al juego que el espectador observa por la pantalla de canal 4. Pero todo eso es bienvenido ante el habitual bodrio de los comentarios mayormente reiterativos, carentes de agudeza o de respeto por la lengua española a que nos tienen acostumbrados en la televisión uruguaya, tanto sea en TV abierta como en cable.
La voz de Uberti se cuela entre las palabras de Federico Paz y Mario Bardanca y destaca la figura de Gerard unos minutos después de su gol indicando que además ha publicado un libro de memorias deportivas que recibió el premio a la mejor publicación en esa categoría en Inglaterra. Uberti utiliza el término "ilustrado" para referirse al futbolista inglés. Paz replica si entonces Gerard será "tan ilustrado como valiente". ... Zzzzz zzz zzzz...
Varios minutos después, posiblemente en el segundo tiempo, Uberti comenta algunos aspectos de la vida de Favio Capello, cosas como que es católico practicante, que con su esposa de toda la vida se conocen desde los 12 años de edad, que posee una colección de arte tasada en unos 25 millones de dólares... Paz se orienta hacia la necesidad de reflexionar, o de insinuar, más bien, si desde los 12 años ya habría habido algo parecido al coito, o algo así. Bardanca, por su parte, se asombra de que Capello, siendo un hombre tan metódico, calculador y disciplinado, deje librada a Dios la suerte de lo que le va acontecer. Bardanca, evidentemente, confunde "religión" con "horóscopo", ignora, u olvida, quizás por la prisa de tener que decir algo al aire, que la misma práctica de una religión exige a su fiel la constancia, el método y la disciplina como pruebas de fe, de una fe que está hecha de la seguridad de que ciertas cosas suceden.
(*) El Sunday Mirror nombró el hecho como "the hand of clod" (la mano del tonto), aludiendo irónicamente a la famosa expresión que los toca de cerca: "the hand of God" (la mano de Dios), con la que Maradona les hace un gol ilícito en México '86.
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Sudáfrica 2010
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