Los días de reposo, que me van a durar todavía hasta la primera semana de agosto, han dado para terminar un relato bastante extenso que en un momento en este blog titulé como "Papá es un tipo bastante mentiroso", un título más que falso, porque estoy pensando en enviar el material a algún concurso. Pero bueno, no estoy del todo seguro aún, puede que quizás termine por mandárselo a algún editor. Al final fueron alrededor de cien páginas de cuadernola de una historia de celos y de niños contando las cosas que su padre hizo para poder aislarse del mundo. En el "Diario del dedo gordo del pie derecho" anoté algo sobre eso: "[día 1: 26 de junio] (...) Una explicación que por qué no he corregido lo que he tenido que corregir? En gran parte el hecho de estar escribiendo apasionadamente , diría yo, un relato largo que empezó una noche de hastío de corrección, por el 13 de junio. Es más, también surgió un poco cuando me enteré del llamado a un concurso nacional de narrativa que es bastante importante. Me dieron ganas de participar con algo y de ganar, si es que en el diario voy a empezar a ser honesto del todo. Es un dinero que en mi actual condición me vendría muy bien. Sobre todo, quería encontrar un estilo de escritura que se amoldara a las obligaciones y los tiempos que tenía hace un par de semanas y que, en suma, me exigiera lo que yo estaba dispuesto a darle. Básicamente por eso es que escribo este relato y no me pongo a terminar ninguno de los cuatro o cinco otros proyectos que tengo inacabados. En casi dos semanas ya tengo algo más de treinta páginas de un relato que aún no tiene un nombre definitivo (...), un relato que por momentos me divierte y siempre me genera placer escribir, un relato en el que voy encontrando cosas que me gusta encontrar."
Ahora me voy a volver a dedicar a los restantes capítulos de "Los trabajos del amor".
Ahora me voy a volver a dedicar a los restantes capítulos de "Los trabajos del amor".
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