(dibujo: niña M)
Soñé esto...
Iba caminando de noche por mi casa y me caía al suelo y me rompía el brazo derecho. De pronto alguien me levantaba y me sostenía hasta que podía tenerme en pie.
Había sido mi padre. Pero era distinto. Tenía la misma edad que yo, era delgado, llevaba un vaquero bastante usado y una camisa roja a cuadros metida por dentro. El pelo era negro y empezaba a verse el comienzo de la calvicie. Estuve un momento largo mirándolo y entonces sentí que no podía ser más feliz.
11 comentarios:
A veces tengo un sueño parecido...
Abrazo
F.
Me gustaría haber conocido a tu papá en su época de Rick de "Casablanca"...
Abrazo!!!
A.A
Creo que a veces muchos tenemos ese sueño...
aunque no con el padre de ustedes, claro, que para padres con el de uno alcanza y sobra
Hola Damián, al principio me angustié. Entendí mal la última frase, la interpreté como que ya nunca más podrías ser feliz, ¡y me pareció un sueño terrible!
Eso demuestra, supongo, que algo no anda muy bien con mi propio inconciente. Según Freud los actos fallidos no existen, ¿no?
F.
ja!!!! Freud!!!
estuve toda una semana enfrascado con "Introducción al psicoanálisis" de Freud, meta con los actos fallidos... es traumático, te sentís mal por cada cosa que hacés sin querer... jajajajajaa
Lo que dice Freud es que eso "sin querer" no es tan sin querer. Es expresión de esa parte nuestra que no dominamos, ¡Oh benditos seres racionales!, el mundo no gira alrederor de la tierra, provenimos del mono y, además, no controlamos una parte de nuestro ser... ¡Vaya golpes!
Ahora, después de haber tenido mi propio sueño hace un rato, me acuerdo de cuando soñé con mi padre, que estaba todo entubado en una especie de laboratorio. Supe que se iba a morir. Supongo que es muy tranquilizador tener preparada la muerte simbólica para cuando llegue la real.
Todas las cosas que nos pasan son mutuamente solidarias, sólo hay que saber mirar. Y asociado a esto está lo que acabo de leer en "La quinta mujer" de Mankell, libro en el que el inspector Wallander lidia con la muerte de su padre.
"Recuerde el alma dormida..."
El Chavo del Ocho la tenía clarísima, era un gran conocedor de Freud, tardes enteras al pedo leyendo en ese barril...
Por eso siempre decía:
"Fue sin querer queriendo"
Qué grande!!! y pensar que me parecía medio boludo a veces...
je!!! El chavo es un fuera de concurso!!!!
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