miércoles, 27 de enero de 2010

Una entrevista

[Con motivo de la reciente nota aparecida en el semanario Brecha (nº 1261, 22/1/2010) acerca de la nueva narrativa uruguaya, su autor, Matías Núñez, me hizo llegar un cuestionario que también había enviado a los otros escritores mencionados en el trabajo. Por una cuestión de tiempos, cuando lo respondí ya era demasiado tarde: la nota ya estaba escrita. Sin embargo, publico aquí mis respuestas como complemento a las que en nota aparte aparecieron de Rodolfo Santullo, Pedro Peña, Matías Paparamborda, Jorge Alfonso y Ramiro Sanchiz.]

¿Qué importancia tiene en su obra ser joven y uruguayo? (es decir, más allá de lo que dice el pasaporte, ¿recurre a dicha circunstancia como sustrato creativo?)

No, no es algo que me importe a la hora de escribir o de considerar mi trabajo. No me veo escribiendo historias para entrar en un diálogo con una tradición narrativa (por más que pueda considerar alguno de sus aspectos, de forma consciente o no...) o con un horizonte de expectativa generacional o nacional. No me siento delimitado por la condición de "joven" o por la de "uruguayo". De hecho, no creo que sea tan joven. A mi edad mi padre tenía tres hijos y salía hacer las cosas que un hombre hace para mantener a una familia. La vida no le imponía la condición de "joven" para nada. Había que hacer cosas y punto. Lo mismo considero yo. Hay historias que tengo y que quiero contar, pero eso no tiene que ver con el apremio de observarme dentro de una determinada franja de edad. Y en cuanto a lo de "uruguayo", no creo que sea algo que a uno le deba pesar; ni siquiera creo que pese. Es decir, no escribo pensando en un "main stream" de temáticas o recursos que puedan refrendar una idea de la siempre evanescente "identidad nacional". Además, tampoco nadie se mata por leer narrativa uruguaya en el exterior, que a mí me parezca. Así que, bueno... a escribir tranquilos.

¿Lee a sus coetáneos? ¿Reconoce alguna inquietud generacional común?

Sí, los he leído a casi todos. En general reconozco la inquietud generacional de quererse ver como generación con inquietudes generacionales. A veces percibo un cierto pudor (o subestimación) por caer en la anécdota pura, o en el factor episódico, y entonces aparece la recursividad del referente de la narración, o algo como una meta-narrativa, etc., y eso me aburre un poco.

¿Ve surgir algún aspecto novedoso en la narrativa de su generación? (ya sea en tanto innovación formal, la construcción de un lenguaje diferente, cambio de contenidos o lo que sea)

Creo que todavía no hay una cantidad de obra suficiente como para observarlo. Estamos hablando de autores que tienen tan sólo uno o dos libros publicados...

¿Cuáles son sus influencias y cómo es su relación con las mismas a partir de las nuevas perspectivas en torno a la parodia, el homenaje, la cita o incluso el plagio?

No sé si hablar de influencias en el sentido de mencionar a autores o propuestas narrativas generales que de algún modo dirijan mi creación. Trato de que los autores que me gustan o me deslumbran no pesen tanto, en el sentido de que eso puede imposibilitar la concreción de mi propia voz como narrador. Por supuesto que uno se hace deudor de otras sensibilidades que lo cautivaron a través de la lectura. A mí, por ejemplo, me fascina el realismo de Juan José Morosoli, pero no veo motivo alguno para imitar sus tipos de historias. Y sí, como él bien lo hizo, para hacer llegar al lector el pequeño e imponente mundo del alma de un personaje como si ese mundo de pronto fuera el nuestro. Eso es un objetivo, y a los objetivos, a diferencia de los recursos o los argumentos, no está tan mal copiarlos.

¿Cuál cree que debe ser la función de la crítica literaria? (si debe emitir juicios de valor o no y si tiene alguna utilidad para los creadores)

Por supuesto que emitir juicios de valor, o sea realzar el mismo oficio de la crítica literaria no sólo introduciendo a un futuro lector a un libro, sino manifestándose de acuerdo o no con ciertas propuestas. Esto es: no caer en hacer pequeñas reseñas sobre el argumento de una novela o un conjunto de cuentos. Es lo mejor que les puede suceder a los grupos editoriales. ¿Qué tiene de malo jugársela y dar una opinión si la opinión está realizada con entereza y dedicación profesional? Y al que le duela, que le duela. Si a alguien no le gustan mis libros y me dice por qué, en una de esas podré sacar algo en claro y mejorar, ¿no? ¿A alguien le dijeron que por escribir libros le iban a tirar pétalos por la calle? ¿Y quién lo necesita, por otra parte? Escribir ya de por sí es una actividad maravillosa que te renueva la vida cuando estás contigo mismo.


(*) Foto: Ignacio di Tullio

4 comentarios:

Unknown dijo...

Oui, d'accord.

Pedro Peña dijo...

Lindas respuestas. En algunas contesté casi lo mismo, al menos conceptualmente.

Anónimo dijo...

Realmente! Penso que a crítica literária pode ser um referencial a mais, de quem já leu muito. E não se trata de julgar, mas de falar sobre. Os jovens escritores têm de tratar de seguir escrevendo e acreditando sempre nas próprias ideias e na contribuição que têm a dar a fim de que possam ir mudando os conceitos. Eles são um sopro novo na literatura!
Maribel Felippe

Anónimo dijo...

Es bueno no sentirse uruguayo, y también no ser tan joven.
Qué incómodo sería que llovieran pétalos sobre uno al andar por ahí...abrazo. Buenísimo, claro y sin poses.
Mauricio.