jueves, 26 de agosto de 2010

Apuntes de fútbol (I)


Empezó el Campeonato Uruguayo luego de la pausa por el Mundial y después de las vacaciones de los jugadores y las pretemporadas. Un día tenía que regresar el fútbol uruguayo. No el del cuarto puesto en Sudáfrica 2010. Se trata del fútbol uruguayo de las canchas vacías, de los céspedes raleados por los manchones ocres, el de El Tanque Sisley jugando de nuevo en Primera.
Empezó el Campeonato Uruguayo pero ni Nacional ni Peñarol jugaron en la primera fecha. Ambos postergaron sus partidos. Nacional ha tenido que aplazar su debut para el miércoles porque su rival, Wanderers, realiza una gira de amistosos por España. De todos modos, ha dado para que los tricolores realizaran un acto en el que presentaron su nuevo equipo: una especie de equipo de los sueños para el medio local, con la incorporación de último momento de Marcelo Gallardo, el 10 argentino que ya no va a ser tenido en cuenta por Ángel Cappa en River Plate de la vecina orilla.
En Peñarol, en cambio, las transferencias no han sido algo para hablar mucho. Además hay un detalle ambiguo. Egidio Arévalo Ríos, uno de los mejores mediocampistas del pasado Mundial, continúa en la institución. Sus posibles pases al fútbol italiano se han caído. Para el hincha de Peñarol es una alegría a medias ver a este jugador en el plantel. Por un lado se trata del único jugador mundialista que actúa en el medio local. Por otro lado, Arévalo Ríos ya tiene 28 años. Es ahora cuando se tiene que dar un pase a Europa. No más allá.
A todo esto, Peñarol prepara su partido amistoso ante Real Madrid en dos días, en el Santiago Bernabeu, y su compromiso contra Miramar Misiones por la primera fecha del Apertura ha quedado para comienzos de setiembre.
Por estos detalles se podría decir que el inicio del Apertura fue una fecha a medias. Y ni siquiera jugaron Defensor Sporting ni River Plate.
El equipo que ha quedado transitoriamente en la primera posición, por puntaje y por diferencia de goles, es Liverpool, que le ganó 3 a 1 a Rampla Jrs. El equipo del Cerro comenzó ganando, pero Liverpool se lo dio vuelta en cinco minutos como si se tratara de un par de cachetazos. La apoteosis llegó con un gol de chilena del "Viruta" Vera para poner el 2 a 1, y lo demás ya fue todo un traspié singular de Rampla Jrs.
Al día siguiente, el plantel entero debe asistir a la presentación en sociedad de la nueva infrastructura del club. Las nuevas autoridades anuncian las medidas de trabajo, los arreglos edilicios de la sede y hasta la nueva camiseta del equipo. Los dirigentes posan detrás de una mesa para las cámaras. Hay chicas lindas ("enrubiecidas") con la camiseta de Rampla Jrs. Sacan pecho bien hacia adelante como si allí sobre las tetas estuviera servido un cierto tipo de don que sólo Rampla Jrs. puede ofrecer. Hay contratistas, otros empresarios, más periodistas, etcétera. Pero faltan los propios jugadores. Entonces alguien da la voz y por entre los asientos, desde el fondo y hacia el centro, formando una columna despareja, hacen su entrada los jugadores, como si en realidad se tratase de un grupo de gente que se le coló al vigilante de la entrada. La voz en off del periodista del informativo donde pasan la nota asegura que los jugadores de Rampla Jrs. habrían querido haber empezado con una victoria en el Apertura. Y estuvo tan cerca. Le iban ganando 1 a 0 a Liverpool, y parpadearon y de repente ya estaban dos goles abajo... Ahora, en medio de la presentación del nuevo Rampla Jrs., los jugadores llevan todo ese fastidio en la cara. En realidad, todos tienen cara de no querer estar allí, o de una nostalgia de un lunes libre. Sobre la derecha hay unos asientos reservados para ellos. Cuando la cámara los enfoca ya sentados se ve que del uniforme del club sólo llevan puesta la camiseta. Unos llevan jeans o pantalones deportivos, y otros, los menos, un short. Los dirigentes hablan y hablan. Las chicas sonríen en automático. Los jugadores, pese a todo, permanecen de brazos cruzados. No hablan entre ellos. Así, todos uniformados, hacen que la diferencia jerárquica se torne indisimulable. Sólo que en esta oportunidad no se trata de una silenciosa protesta ante la patronal. Ahora cada cual, fruto de la derrota, sabe en qué lugar está. Ahora se sabe quiénes son los que tienen que rendir y quiénes son los que exigen; quiénes son los que no hicieron lo que tenían que hacer y quiénes están haciendo lo que hay que hacer. Por eso los jugadores de Rampla Jrs. no sonríen, no gesticulan. Son el rigor, el sufrimiento en sí mismos. No hay penitencia que no se puedan imponer, y eso no es nada al lado de los sacrificios que los dirigentes demuestran estar haciendo en esa conferencia de prensa. Así que, qué no podrían hacer los jugadores... Llevan en la cara el 3 a 1 contra Liverpool y se acabó. Sólo el capitán, sentado a la mesa junto a los dirigentes, pero también de brazos cruzados, se permite algún gesto mínimo, como un lugarteniente que da la cara por sus subordinados y que promete a todos los otros altos mandos que aquello no se va a repetir. Más tarde, consultado por los periodistas, el capitán trasuda vergüenza por traer la primera derrota a esa presentación en sociedad. No dice mucho. No hace falta tampoco que lo diga. Los actos de los futbolistas hablan por ellos mismos. Lo demás es todo replay.

1 comentario:

Pablo Alfonso dijo...

Hola Damián, ¿cómo va todo? He leído parte del cuento o nouvelle: El increíble Springer. Bien logrado todo lo que hasta el momento he podido leer; te mantiene sujeto a cada una de sus líneas. Felicitaciones: Pablo Alfonso (San Carlos/Maldonado/ Uruguay)