
Después siguieron las cuestiones con los perros... Por ejemplo, ayer me encontré con Felipe y lo acompañé junto con Franco al supermercado. En el camino, a la vuelta, me contó que casi lo corrieron de un cumpleaños más o menos íntimo de un tipo que no era tan conocidio suyo. Es decir, Felipe se rio de algo y al parecer no tenía tanta confianza como para reírse así, de la forma en que él se ríe. Porque quienes conocen a Felipe saben que en determinado instante le viene como un acceso y se queda literalmente "trancado". La risa se le congela, los ojos se le contraen, la frente se le arruga y empieza a quedar del color de una zanahoria. En medio de todo ese cuadro se escucha una risa como de hiena. Al final, a Felipe le dio uno de esos accesos al enterarse de la triste vida de un perrito caniche (mini-toy) que era epiléptico y estaba medicado de continuo. Hasta ahí era sólo el anuncio de lo que estaba por venir, pero cuando los dueños comenzaron a detallar los distintos aspectos emocionales de su mascota y las situaciones en las que le llega la epilepsia, Felipe no pudo más. Explotó. Se imaginó al bicho dándose vuelta y cayendo de espaldas, metiéndose la lengua contra la garganta y convulsionándose. El resultado, en un caniche, sí, es conmovedor. Todo esto me recuerda dos cosas más de Felipe en relación con los perros. Ambas de los primeros tiempos de nuestra amistad, cuando éramos estudiantes. La primera tiene que ver con un librito que yo había encontrado en la casa de otro amigo, y que era un manual para adiestrar perritos pequineses, que son unos perros muy feos con cara de integrante del Foro Batllista que se pueden ver en las casas de algunos jubilados. Resulta que el libro era de una lectura apasionante. Cuando teníamos la revista MAT y hacíamos vanguardia fotocopiada, nos reuníamos también a leer cosas, de todo... Una de esas cosas que nos causó mucha gracia en un tiempo fue ese librito, porque leído con un mínimo de malicia, cada enunciado parecía contribuir a la formación de un mini-tratado de zoofilia. Era increíble, pero era así. La ambigüedad de las proposiciones y las formulaciones era tal, que me acuerdo de ver a Felipe "trancado" por minutos y minutos. ¡Ojalá pudiera encontrar yo ese libro entre varios de los cahivaches que hay acá en el Kennedy! O también está la posibilidad de que yo pueda conseguir un ejemplar del número del MAT en el que reprodujimos una página de ese manual. Esto me trae a la memoria otro episodio de la vida de Felipe fuertemente vinculado a su relación con los caninos. Un día su madre se apareció con una perra que a Felipe, con los días, le pareció absolutamente insoportable. Entonces llegó un día en que encontró una foto que la madre le había sacado al animal. Felipe había estado comiendo y tenía a mano un cuchillo, y, medio en broma o medio en serio, le hizo una cruz en cada ojo a la imagen de la perra. A los pocos días desapareció. Nunca se supo cómo ni qué fue de su vida. Esos fueron los inicios de Felipe en la macumba.
Otra cosa más, y esto lo voy a decir por puro interés de divulgación, por el hecho de que este blog no olvida nunca su función de mantener informada y al tanto a la comunidad. Hace algunas semanas, mi padre me consiguió un perro. Es un pastor catalán al que le puse Bob. Con los días notamos que Atenea, la perra de mi hermana, que también está acá (la perra, no mi hermana), se le sube encima a Bob como para hacer cachorritos. ¿Podrán creer?... Bueno, ayer una profesora de química (lo de química no tiene nada que ver, es sólo una cuestión de identidad) me dijo en el liceo que en su casa pasa lo mismo. Y entonces me explicó que el veterinario, a su vez, le dijo que eso significaba que la hembra trataba de dominar al macho. ¡Qué tierno! ¿No?... Sólo que lo que le causaba más ternura a esta profesora era el hecho de que su perrita cimarrona, pobrecita, era muy chiquita, y no le daba la altura para subírsele al perro de la casa. ¡Pero qué ambiciosa!, ¿no?... Tan chiquita y ya con la idea fija.
Otra cosa más, y esto lo voy a decir por puro interés de divulgación, por el hecho de que este blog no olvida nunca su función de mantener informada y al tanto a la comunidad. Hace algunas semanas, mi padre me consiguió un perro. Es un pastor catalán al que le puse Bob. Con los días notamos que Atenea, la perra de mi hermana, que también está acá (la perra, no mi hermana), se le sube encima a Bob como para hacer cachorritos. ¿Podrán creer?... Bueno, ayer una profesora de química (lo de química no tiene nada que ver, es sólo una cuestión de identidad) me dijo en el liceo que en su casa pasa lo mismo. Y entonces me explicó que el veterinario, a su vez, le dijo que eso significaba que la hembra trataba de dominar al macho. ¡Qué tierno! ¿No?... Sólo que lo que le causaba más ternura a esta profesora era el hecho de que su perrita cimarrona, pobrecita, era muy chiquita, y no le daba la altura para subírsele al perro de la casa. ¡Pero qué ambiciosa!, ¿no?... Tan chiquita y ya con la idea fija.
4 comentarios:
che, me dijo Vasil que fue testigo de un acceso de risa de Phil, en los tiempos en que éste rondaba el Pamelita luego de tomarse el Quaker. Parece que el streap tease de Pamelita (en ese momento rondando los setenta y cuatro y medio, cincuenta y dos de los cuales de carrera deportiva)activó la hilaridad de Phil el Fotocopiador, quien fue íntegramente retirado del recinto por dos taitas más o menos. Zarpado, profe.
¿Eh?
DAMIAN: I'M HATE 'U! YOU WILL GET BURNT IN HELL... YUOR SPONTANEUS DEATH, I'M NOT FEAR... AND YOU? THIL DEATH!!! MOTHER F**KER, SON OF A BITCH,
***
666
Jaaaaaaaaa
¡Hare Krsna!...
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