jueves, 19 de febrero de 2009

Verano XVIII (memoria)


Íbamos esta tarde en mi bicicleta con la niña M por el camino de la perrera, cruzando unos campos aledaños al arroyo Maldonado en el que ella podía ver a sus adorados caballos. El recorrido era largo e incluía pasar por El Jagüel y el Kennedy para terminar en la 16 de la Brava. Hacía mucho calor y el sol nos pegaba desde atrás. De lado del barco roto que hay en la curva de la perrera aterrizó un avión con la misma suavidad con que llegaba el viento. Luego vimos unas vacas y unos toros con varios terneros y paramos a contemplarlos desde el alambrado. La niña M quedó impresionada con el tamaño de los animales. Y yo también. Hacía tiempo que no me acercaba tanto a una vaca, y eso me hizo perder un poco la noción de ciertas proporciones. Cuando subimos a la bicicleta le pregunté a la niña M qué le parecía todo aquello. Me dijo que le gustaba, pero unos metros más adelante me preguntó:
-¿Podemos pasar mañana por acá así recordamos esto?


2 comentarios:

Pedro Peña dijo...

Esa niña tiene una tesis en filosofía a la vuelta de la esquina.
Saludos

Fabián Muniz dijo...

Sí, completamente de acuerdo. No sólo utilizó la palabra "recordar" desde una perspectiva inusual a sí misma (casi como una metáfora de "revivir"), sino que no fue algo descontextualizado. ¿Quién, involuntariamente, no ha pasado por un lugar y ha recordado que ya ha estado allí? Bueno, la niña M quería forzar ese momento, depurarlo de toda espontaneidad.

Buenísimo el paseo. Quiero ir a visitarlos a "la nueva casa" una de estas tardes, antes de que empiece el año y toda la vorágine que eso conlleva.

Abrazo!!!!
A.A