domingo, 22 de febrero de 2009

Verano XX (poder escribir)


Hoy me encontré en el blog de Cristian Piazza con una frase de Fogwill sobre la escritura que es de esas que nos dejan pensando, por decirlo de algún modo. Eso me llevó a recordar que, revisando cosas que habían quedado a medio acomodar de la reciente mudanza, me topé con viejos números de la revista ISCARIOTE, de cuando salía como suplemento mensual del diario SERRANO, de la ciudad de Minas. En las contratapas de cuatro números distintos que por lo menos conservo, encontré entrevistas a escritores. Las preguntas eran esencialmente las mismas, y las habíamos armado con Valentín sacando ejemplos de por aquí y por allá. Hubo una pregunta en especial que la sacamos de "Mientras escribo", de Stephen King. En realidad se la hace el propio King a sí mismo: ¿Por qué escribo? Es más, el autor de "Misery" estaba intrigado por saber las posibles respuestas de varios de sus colegas, y le reprochaba a la prensa cultural en general (de su país) que no fuera tan directa como para hacer ese tipo de interrogantes con más asiduidad. Ahora, repasando las contratapas de ISCARIOTE, leo lo que algunos contestaron ante "¿Por qué decidió escribir lo que ha escrito?"...

MILTON FORNARO: "Porque todavía nadie me había contado esas historias que tenía deseos de leer".

FERNANDO BUTAZZONI: "No lo decidí yo".

HENRY TRUJILLO: "(...) me vería obligado a confesar que soy masoquista. O remitirlos a mi psiquiatra. O las dos cosas juntas. O admitir que no tengo la más pálida idea, como decía Onetti cuando le preguntaban esto, que por cierto es lo más sincero."

Lo que yo sentía a menudo ante estos ejemplos era que la pregunta se tornaba ingenua o pueril (no porque lo fueran las contestaciones de los escritores, precisamente), y más de una vez me venía la idea de retirarla del cuestionario. Sin embargo, ahí quedaba...
El verano pasado leí un libro que me pareció de lo mejor que publicaron los narradores uruguayos el año pasado en ese género híbrido que se les da a veces entre lo narrativo, lo testimonial y lo ensayístico. Me refiero a "El escritor y el otro", de Carlos Liscano (dentro de esa categoría, ya que estoy, me gustaría recalcar el valor de un libro como "Se hizo de noche", de Roberto Apratto). Allí Liscano da con una respuesta que hasta llegó a conmoverme. Yo siempre había intuído que se escribía porque escribir es una manera de interceder de algún modo en nuestro entorno, de generar ciertas consecuencias que son de índole evanescente, y que están después en todas las cosas que vemos. Pensaba cosas por el estilo, nada unívocas, quizás, pero estas palabras de Liscano resumen gran parte del asunto: "Una noche en Colonia, con Henry Trujillo y Elder Silva, mucho vino, a la una de la madrugada, en casa de Helena Corbellini, sin Helena, llegamos al asunto: por qué escribimos. Los tres compartimos algo: salimos de la nada. Mi padre era almacenero, mi madre fue sirvienta, obrera textil, de a ratos costurera. ¿Por qué nos dedicamos a escribir?
Yo ensayé una respuesta: escribo para tener poder. Hacia el poder los caminos son múltiples, pero no infinitos. La plata, la política, los conocimientos, la creación artística. Más preciso: no hay poder en la creación artística, sino independencia, libertad, la ilusión de pensar el mundo, y recrearlo. Destacarse en la sociedad, figurar, saltarse las barreras económicas y sociales. Eso he querido, dije aquella noche en Colonia. He intentado escapar del lugar que se me asignó en el mundo".

4 comentarios:

borrosebi dijo...

qué buen texto!
y cómo me hubiera gustado estar presente esa noche en Colonia, que es tan linda, con chivito y vino, escuchando esas palabras hasta el amanecer.

Damián González Bertolino dijo...

Hola, Sebsatián.
Gracias por leer y por tu comentario. No sé si se conseguirá el libro de Liscano en buenos Aires, pero si en una de esas lo encontrás, no dudes en leerlo. Es muy interesante. Sobre todo si querés leer sobre ese tema, el de un escritor reflexionando sobre su oficio.
Un abrazo.

Anónimo dijo...

hola damián! aún quiero que sepas que te amo nunca olvides eso... y tus textos me encantan!!! te adoro!

juan angel italiano dijo...

Interesante reflexión de Liscano, además viniendo de un escritor que escribe sobre el Poder desde el Poder. Me deja meditando sobre que hay atrás de todo discurso. Y claro la creación artística no genera poder, sólo vinculaciones con el mismo.