martes, 5 de diciembre de 2006

Otra versión de Judas Iscariote

Hoy martes a la tarde di algunas vueltas por el centro haciendo mandados, etc. Antes de llegar a casa pasé por el Super Market de Avda. Aiguá para comprar algo de comida para los perros. En seguida, apenas me bajé de la bicicleta y mientras la trancaba, se me aparecieron dos niños que sin siquiera saludarme me pidieron plata para el Judas. Uno, el más alto, tenía la cara mugrienta, y el otro, el más bajo, tenía los dientes más o menos partidos. Olvidándome de que que no tenía ni una moneda encima y de que iba a hacer la compra con una tarjeta, les dije que si me cuidaban la bicicleta les daba algo. Antes de salir del supermercado me di cuenta, y resolví comprarles un par de barritas de chocolate. Al regresar al estacionamiento, le di una barrita a cada uno. Las pelaron y se me quedaron mirando.
-¿Saben quién fue Judas? –pregunté mientras iba destrancando la bicicleta.
Los chicos se miraron y empezaron a reírse; pero era una risa rara, como si las barritas de chocolate les dieran hipo.
-¡Qué sé yo! –contestó el más alto.
-Pero si ustedes piden plata para el Judas tienen que saber quién fue… Averigüen por ahí… Es fácil…
El más alto se repone…
-Yo sabía –dijo –pero ahora me olvidé…
De pronto el más bajo habló.
-Para mí que es Dios…
-¡Opa! –dije –Eso sí que es una respuesta fuerte.
-¿No es Dios, entonces?
-No… no es Dios…
Me fui diciéndoles que averiguaran para cuando volviera, y entonces les daría plata para el Judas.
uando llegué a los semáforos en el cruce con Bulevar Artigas, me pregunté por qué no podía ser Dios… Y si hubiera sido Dios tendría que haber pasado lo siguiente… Como Jesús se endulzó demasiado con el eso de ser el Mesías, Dios Padre calculó que la Pasión no iba a producirse como tenía que producirse y la redención del género humano corría serios riesgos. De modo que (Él, que todo lo puede) tuvo que asumir otra forma más para poder hacer que el Plan siguiera como estaba previsto. Y se hizo Judas para poder entregar aquella parte de Sí mismo que no se resignaba a cumplir con su cuota (Jesús). En definitiva, Dios Padre se sacrifica hecho carne, pero un poco más elaboradamente, como si todo hubiera sido una simple agitación en el Espíritu del más alto, una agitación de un espíritu que se rebela contra Sí y que es preciso sofocar.
Es como decía Vaz Ferreira, “Los únicos dioses buenos resultaron los hechos a base de hombres.”
Entonces llegué a casa y me comí la barrita de chocolate que me había comprado para mí.

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