Creo que muchos ya se habrán enterado de lo último que dijo el presidente Tabaré Vázquez. Yo había ido en la tarde de ayer, miércoles, a la casa de mi padre a merendar; y en eso, en medio del café con leche, vemos a Vázquez hablando en un acto en la ciudad de Salto. Su idea era (es... sigue siendo...) la de resumir todos los feriados del año concentrándolos en una sola fecha, la fecha del natalicio de José Gervasio Artigas (19 de junio). La intención es algo así como la de aunar todos los hechos que se festejan en cada feriado (con sus respectivas convicciones) en un solo festejo, el festejo del nacimiento del máximo líder de los uruguayos. Ademas, el presidente manifestó haber tratado la idea con un grupo de asesores... O sea que la cosa ya está bastante maquinada, de manera que cuando uno tenía la esperanza de que todo esto fuera sólo el producto de una insolación salteña, se descubre que hay más gente que está en la misma.
Digamos algunas cosas al respecto.
1- Es un tremendo disparate, de los más grandes que he escuchado en este año.
2- Es cierto que uno de los males de los uruguayos es esa especie de carnavalización de la vida (y del año). Siempre buscando huequitos y oportunidades para hacer lo que realmente se tiene ganas de hacerse (muchas veces nada)... Siempre contabilizando los fines de semana largos que traerá el nuevo año... Siempre empezando el año después de la semana de Turismo... Pero esto de que haya un feriado por año es abusivo; como si a uno le fueran a dar una paliza en las nalgas y, en vez de recibirla con una vara, se la recibiera con una de las columnas del Palacio Legislativo.
3- De aprobarse esa medida, estaríamos llegando al punto final de un degeneramiento que lleva algún que otro lustro. Hace tiempo que los uruguayos venimos observando cómo las fechas de los feriados cercanos a un fin de semana (y ni tanto) se corren hacia un viernes o un lunes y nos dejan trotando a lo bobo, despreocupándonos del valor real y efectivo del feriado en cuestión y persiguiendo la zanahoria del fin de semana largo que nos cuelgan delante. Las fechas patria, los feriados, o como se les quiera llamar, son puntos de referencia para una comunidad. Cada comunidad mide el ritmo de su Tiempo, de sus procesos, según fechas en que las actividades se detienen, marcando la llegada de un "no-Tiempo", la llegada de una mirada que viene del pasado que nos revisa; el arribo, en definitiva, de una instancia en la que dejamos de hacer lo que hacíamos para medirnos como comunidad, para tomarnos el pulso ante el mundo y sus acontecimientos. Pensemos en cualquier tipo de sociedad que consideremos medianamente modélica y veremos en seguida que son indisociables de esos "tiempos-sin-tiempo" en los que todo se detiene y cada ser se vuelve sobre sí mismo por causa de una fecha pasada, remota... En la Biblia, encontramos en el Salmo 90 las siguientes palabras: "Devuélvenos en gozo los días que nos humillaste, / los años en que desdicha conocimos." La idea que se desprende rápidamente de estos versículos es la del temor de caer en arrogancia, la clara conciencia del dolor fructífero que, reconocido, se transformará en gracia. La creación de un feriado sincrético (un feriado que condense todos los feriados) es uno de los pasos más peligrosos (arrogantes) que podemos dar como comunidad, y sería un trastocamiento sensible de nuestro ciclo. Es cierto que los feriados y sus significaciones en nuestro país puedan estar deprimidos, pero esta medida acentúa ese estado, pues hay cosas que operan a un nivel muy profundo en la sociedad. Además, desplazar los significados de varias fechas y hacerlos reposar en un lecho artiguista es otro error. Hay fechas que, si bien no son irreconciliables, de juntarse, de convertirse en una sola, borrarían los necesarios límites que existen entre ellas. En otras el ejemplo se vuelve aun más escandaloso: reconocer que el 19 de junio es, también, de algún modo (?), el 1º de mayo y el 12 de octubre (me sigo preguntando todavía si todo esto es verdad) es alterar estructuras complejas, delicadas. Por otra parte, ¿cuál es la imagen de José Artigas que el Gobierno está legando? ¿La de un ser inconmensurable que atraviesa la Historia y se expande en todas las cosas? ¿Un "panartiguismo"? No quiero ser exagerado, pero he leído cosas parecidas en algunas novelas de ciencia-ficción o de anticipación... cosas del tipo: "En Él se resume todo. Él ya lo hizo. Estuvo antes que todos y lo hizo (...)".
Por si fuera poco, hoy me enteré también de que Chávez, el presidente de Venezuela (una suerte de hermano-mayor-sábelo-puédelo-todo para Vàzquez) ha prohibido la Navidad en cualesquiera de sus manifestaciones que huelan a Yanquilandia...
Tenía para el final una serie de chistes que aparecían en un diálogo entre padre e hija en el Uruguay de 2037. Cosas como Artigas en el palo mayor de una carabela gritándole "¡Tierra!... ¡América!" a Colón. O la escena sobrecogedora de una noche de 1886 en Chicago, cuando la Divina Gracia de Artigas asiste a un grupo de trabajadores, días antes del desastre.
Pero ya ni me dan ganas de reír.
Digamos algunas cosas al respecto.
1- Es un tremendo disparate, de los más grandes que he escuchado en este año.
2- Es cierto que uno de los males de los uruguayos es esa especie de carnavalización de la vida (y del año). Siempre buscando huequitos y oportunidades para hacer lo que realmente se tiene ganas de hacerse (muchas veces nada)... Siempre contabilizando los fines de semana largos que traerá el nuevo año... Siempre empezando el año después de la semana de Turismo... Pero esto de que haya un feriado por año es abusivo; como si a uno le fueran a dar una paliza en las nalgas y, en vez de recibirla con una vara, se la recibiera con una de las columnas del Palacio Legislativo.
3- De aprobarse esa medida, estaríamos llegando al punto final de un degeneramiento que lleva algún que otro lustro. Hace tiempo que los uruguayos venimos observando cómo las fechas de los feriados cercanos a un fin de semana (y ni tanto) se corren hacia un viernes o un lunes y nos dejan trotando a lo bobo, despreocupándonos del valor real y efectivo del feriado en cuestión y persiguiendo la zanahoria del fin de semana largo que nos cuelgan delante. Las fechas patria, los feriados, o como se les quiera llamar, son puntos de referencia para una comunidad. Cada comunidad mide el ritmo de su Tiempo, de sus procesos, según fechas en que las actividades se detienen, marcando la llegada de un "no-Tiempo", la llegada de una mirada que viene del pasado que nos revisa; el arribo, en definitiva, de una instancia en la que dejamos de hacer lo que hacíamos para medirnos como comunidad, para tomarnos el pulso ante el mundo y sus acontecimientos. Pensemos en cualquier tipo de sociedad que consideremos medianamente modélica y veremos en seguida que son indisociables de esos "tiempos-sin-tiempo" en los que todo se detiene y cada ser se vuelve sobre sí mismo por causa de una fecha pasada, remota... En la Biblia, encontramos en el Salmo 90 las siguientes palabras: "Devuélvenos en gozo los días que nos humillaste, / los años en que desdicha conocimos." La idea que se desprende rápidamente de estos versículos es la del temor de caer en arrogancia, la clara conciencia del dolor fructífero que, reconocido, se transformará en gracia. La creación de un feriado sincrético (un feriado que condense todos los feriados) es uno de los pasos más peligrosos (arrogantes) que podemos dar como comunidad, y sería un trastocamiento sensible de nuestro ciclo. Es cierto que los feriados y sus significaciones en nuestro país puedan estar deprimidos, pero esta medida acentúa ese estado, pues hay cosas que operan a un nivel muy profundo en la sociedad. Además, desplazar los significados de varias fechas y hacerlos reposar en un lecho artiguista es otro error. Hay fechas que, si bien no son irreconciliables, de juntarse, de convertirse en una sola, borrarían los necesarios límites que existen entre ellas. En otras el ejemplo se vuelve aun más escandaloso: reconocer que el 19 de junio es, también, de algún modo (?), el 1º de mayo y el 12 de octubre (me sigo preguntando todavía si todo esto es verdad) es alterar estructuras complejas, delicadas. Por otra parte, ¿cuál es la imagen de José Artigas que el Gobierno está legando? ¿La de un ser inconmensurable que atraviesa la Historia y se expande en todas las cosas? ¿Un "panartiguismo"? No quiero ser exagerado, pero he leído cosas parecidas en algunas novelas de ciencia-ficción o de anticipación... cosas del tipo: "En Él se resume todo. Él ya lo hizo. Estuvo antes que todos y lo hizo (...)".
Por si fuera poco, hoy me enteré también de que Chávez, el presidente de Venezuela (una suerte de hermano-mayor-sábelo-puédelo-todo para Vàzquez) ha prohibido la Navidad en cualesquiera de sus manifestaciones que huelan a Yanquilandia...
Tenía para el final una serie de chistes que aparecían en un diálogo entre padre e hija en el Uruguay de 2037. Cosas como Artigas en el palo mayor de una carabela gritándole "¡Tierra!... ¡América!" a Colón. O la escena sobrecogedora de una noche de 1886 en Chicago, cuando la Divina Gracia de Artigas asiste a un grupo de trabajadores, días antes del desastre.
Pero ya ni me dan ganas de reír.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario