Bien, han continuado los días de alejamiento de tartatextual...
Ahora, debido a los trabajos que me ha llevado la edición de la revista Iscariote del mes de noviembre.
He recibido comentarios (por fuera del medio del blog) acerca de mi última entrada, sobre todo de ese comentario acerca de un pacto con el Diablo. El primero fue de Leonardo Cabrera, diciéndome si la figura de ese gordo no era en realidad un fiolo cualquiera del barrio Kennedy que me había extorsionado (por decirlo de una manera delicada)... El segundo comentario fue un mail de mi propia madre, implicada directamente en los hechos. ¿Por qué nunca le había contado nada?, me preguntaba. Y sobre todo, quería saber por qué diablos (sí, "diablos") el carnicero no me había cobrado aquel kilo de chorizos... En realidad, no he tenido tiempo para responder a esas inquietudes... Pero seamos justos, tampoco me lo he tomado como para pensarlas...
¿Qué estoy leyendo?... Estoy leyendo en estos días, y estoy casi a punto de terminar, una novela del escritor uruguayo Milton Fornaro: "Cadáver se necesita". Creo que puede ser la mejor novela uruguaya del año. Aún no leí "Diario de un demócrata moribundo", de Fernando Loustaunau... Pero esto de Fornaro me parece de lo más entretenido y bien escrito que ha dado la narrativa uruguaya en, digamos, los últimos diez meses. Aun cuando tenga algunas frases o giros expresivos que me suenan a verdadero cliché literario, la estructura (sobre todo eso) y la suspensión de esa Verdad que todos queremos saber y que se va escamoteando a lo largo de las páginas es lo que me hace sentir que estoy en presencia de una muy buena novela. Hay una buena manera de medir una buena novela, y es sentir que lo primero que queremos hacer cuando lleguemos a casa es masticar algo en la merienda y sentarnos cómodamente a leer ese libro del que hemos estado pensando en algunos instantes del día... y si es posible no comer nada y empezar a leer. Bueno, eso me pasa con "Cadáver se necesita". Así que, amigo Fornaro, has subido conmigo un par de escalones hacia mi Cielo... JA!
Hoy me escribió un mail muy lindo Mauricio E. Pagola (colaborador rutilante de Iscariote). Creo que lo poco que tiene de íntimo es de todos modos compartible, es decir publicable sin riesgo de que Mauricio salga a la calle y sea identificado y lapidado por activistas feministas. Aquí va...
Ahora, debido a los trabajos que me ha llevado la edición de la revista Iscariote del mes de noviembre.
He recibido comentarios (por fuera del medio del blog) acerca de mi última entrada, sobre todo de ese comentario acerca de un pacto con el Diablo. El primero fue de Leonardo Cabrera, diciéndome si la figura de ese gordo no era en realidad un fiolo cualquiera del barrio Kennedy que me había extorsionado (por decirlo de una manera delicada)... El segundo comentario fue un mail de mi propia madre, implicada directamente en los hechos. ¿Por qué nunca le había contado nada?, me preguntaba. Y sobre todo, quería saber por qué diablos (sí, "diablos") el carnicero no me había cobrado aquel kilo de chorizos... En realidad, no he tenido tiempo para responder a esas inquietudes... Pero seamos justos, tampoco me lo he tomado como para pensarlas...
¿Qué estoy leyendo?... Estoy leyendo en estos días, y estoy casi a punto de terminar, una novela del escritor uruguayo Milton Fornaro: "Cadáver se necesita". Creo que puede ser la mejor novela uruguaya del año. Aún no leí "Diario de un demócrata moribundo", de Fernando Loustaunau... Pero esto de Fornaro me parece de lo más entretenido y bien escrito que ha dado la narrativa uruguaya en, digamos, los últimos diez meses. Aun cuando tenga algunas frases o giros expresivos que me suenan a verdadero cliché literario, la estructura (sobre todo eso) y la suspensión de esa Verdad que todos queremos saber y que se va escamoteando a lo largo de las páginas es lo que me hace sentir que estoy en presencia de una muy buena novela. Hay una buena manera de medir una buena novela, y es sentir que lo primero que queremos hacer cuando lleguemos a casa es masticar algo en la merienda y sentarnos cómodamente a leer ese libro del que hemos estado pensando en algunos instantes del día... y si es posible no comer nada y empezar a leer. Bueno, eso me pasa con "Cadáver se necesita". Así que, amigo Fornaro, has subido conmigo un par de escalones hacia mi Cielo... JA!
Hoy me escribió un mail muy lindo Mauricio E. Pagola (colaborador rutilante de Iscariote). Creo que lo poco que tiene de íntimo es de todos modos compartible, es decir publicable sin riesgo de que Mauricio salga a la calle y sea identificado y lapidado por activistas feministas. Aquí va...
Damián: para este número no te mandé nada, creí que estaba a tiempo. Mi intención era abordar con una nota el libro "Filosofía del Terror o paradojas del corazon", del filósofo norteamericano Nöel Carroll. Lo que pasó, o lo que pasa, es que todavía estoy leyendo el libro. Quiero, necesito releer ciertos pasajes y capítulos enteros. Después, comenzar a escribir todo lo que ya tengo escrito en la cabeza, siempre y cuando el bebé ya tenga tomada la memita, haya hecho su provechito, y haya olor a cremita y no a caca en su ropita. O sea mi espíritu y mis ganas siguen estando con Iscariote, así que disculpas.
P.D : Qué lindos y qué jovenes quedaron en las fotitos, esos pelos...tienen un aire tan lennonmacartniano, o sea a lo mejor de la década de los 60.
Abrazos.
P.D : Qué lindos y qué jovenes quedaron en las fotitos, esos pelos...tienen un aire tan lennonmacartniano, o sea a lo mejor de la década de los 60.
Abrazos.
Bien, creo que es toda una definición de nuestro amateurismo intelectual. Ya lo saben, estimados seres pensantes, asediadios por los problemas cotidianos que nos quitan el tiempo... Se puede cambiar los pañales del nene de cuatro o cinco meses y pensar en la estética del terror en el cine. Gracias, Mauricio, me tocaste el corazón con un dedo.
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